La cifra de muertos por las inundaciones en el norte de Italia aumenta y se teme que rebase el centenar
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, se desplazó ayer a la región noroccidental del Piamonte para constatar personalmente las graves pérdidas causadas por las inundaciones. Los distintos sindicatos las valoran en decenas de miles, de millones de pesetas. El número oficial de muertos seelevaba ayer a 59, pero hay decenas de desaparecidos. Los periódicos hablan de más de un centenar de víctimas. Unas 3.500 familias han perdido sus hogares.
Las poblaciones más afectadas fueron las de Cuneo -donde se han contabilizado 20 muertos y al menos 22 desaparecidos-, Alba, Alessandria, Asti y Vercelli, localidades cercanas a Turín, la capital piamontesa. El Gobierno calificó ayer las inundaciones como las más graves registradas en el Norte del país desde 1913.Estos cálculos desoladores se estiman mientras prosiguen las operaciones de saIvamento y aprovechando una pausa de las lluvias que, por desgracia, los meteorólogos preveían ayer como pasajera, ya que para hoy se anuncian nuevas y copiosas.
Varias presas se encuentran al límite y el río Po, a su paso por Pavía, superaba ayer el nivel de alarma en dos metros. Un barrio de esa ciudad resultó invadido por las aguas ya el pasado sábado, y los vecinos vieron impotentes como un padre y una hija eran arrastrados por la corriente. Sus cadáveres aún no han sido recuperados.
Los equipos de rescate tampoco han podido recoger cuatro cuerpos que flotan en Alessandria, la localidad piamontesa más azotada. Uno de sus barrios continúa aislado, y toda la ciudad, como muchas otras próximas a Turín, Génova o Milán, se encuentran sin agua potable, ni gas, electricidad o teléfono. Los helicópteros trataban de rescatar ayer a los enfermos más graves del hospital de Alessandria. Lo mismo se hizo con algunos reclusos de un centro penitenciario vecino.
Las comunicaciones por carretera y ferrocarril entre Piamonte, Lombardía y Liguria seguían interrumpidas, poniendo en evidencia que muchas obras públicas construidas a golpe de comisiones ilegales, según demuestran los procesos, no resisten las embestidas del mal tiempo. Los controladores de vuelo de Milán, que habían anunciado una huelga, aceptaron aplazarla para no dejar inaccesibles centros claves de la economía italiana.
Unas 400.000 hectáreas de terreno agrícola, aproximadamente la mitad de las existentes en la zona, han quedado destruidas, según el sindicato de agricultores. La organización de comerciantes afirma que más del 80% de los establecimientos han sufrido daños graves. También las industrias calculan sus pérdidas en miles de millones.
El Gobierno de Berlusconi estudiará hoy las medidas a adoptar para superar las crisis, con las consiguientes declaraciones de emergencia y la concesión de las subvenciones pertinentes. Portavoces del Gobierno reiteran su rechazo frente a las denuncias de ineficacia y falta de protección civil que continúan formulando los afectados.
En Francia, las condiciones climatológicas mejoraron ayer en el Sureste, la zona afectada por el temporal. El número de muertos asciende ya a cuatro, además de una mujer desaparecida. Los daños materiales son también cuantiosos.
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