Con la puerta en las narices
Precisando de atención médica para mi esposa, padeciendo retinosis pigmentaria en ambos ojos (ceguera progresiva), y al no existir en España prestaciones para dicha enfermedad, hago indagaciones al respecto y me informan de que sólo es tratada dicha dolencia en Rusia y Cuba.Una vez recibida toda la información y asesoramiento, me dirijo a La Habana, en donde existe una clínica especializada en esta enfermedad y que por la intervención quirúrgica y el tratamiento me importa un millón de pesetas.
Al no estar contemplado en el Insalud el tratamiento de esta enfermedad solicito de dicho organismo que me sea subvencionada dicha operación o parte de la misma, dándome prácticamente en todos los despachos que recurrí "con la puerta en las narices".
Hasta inclusive en un despacho de Inspección Sanitaria, y por boca de una empleada, se me dijo que "si no disponía de medios económicos para operarla en el extranjero se quedaría ciega".
Yo denuncio ante la opinión
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