Israel y el movimiento islámico Hamas hablan de tregua al tiempo que se amenazan mutuamente
Las señales lanzadas ayer por Israel y el movimiento palestino Hamás, autor del atentado terrorista del miércoles en Tel Aviv, eran ayer contradictorias e iban envueltas en amenazas y llamamientos a la conciliación. El viceministro, israelí de Exteriores, Yosi Beilin, aseguraba que es posible el diálogo entre las dos partes para alcanzar una tregua, línea en la que también se manifestaba uno de los dirigentes políticos de Hamás, Emad Faluji. Al mismo tiempo, surgían amenazas de uno y otro lado: los israelíes prometían dar "un tratamiento especial" a Hamás y los extremistas palestinos advertían al primer ministro Isaac Rabin de la posibilidad de cualquier acción contra sus líderes.
El proceso de paz en Oriente Próximo se mueve con rapidez. El Gobierno de Rabin aprobó ayer el tratado de paz entre Israel y Jordania, que el miércoles será firmado con toda solemnidad en la frontera entre los dos países en presencia del presidente de EE UU, Bill Clinton, y 5.000 invitados. Por la parte israelí el tratado cuenta con el apoyo del Likud, cuyos dirigentes han sido invitados por Rabin a la ceremonia, y aquéllos han aceptado con la condición de que el líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasir Arafat, no esté presente en la tribuna de honor.El Gobierno israelí también aprobó en su reunión el reclutamiento de 19.000 trabajadores extranjeros (15.000 para la construcción y 4.000 para la agricultura) con el fin de sustituir a los palestinos que no pueden acudir a sus puestos debido al cierre de los territorios árabes ocupados. Los obreros extranjeros procederán de Tailandia, Rumania, Bulgaria y la antigua Yugoslavia.
En la misma reunión, los ministros fueron informados de las acciones ya en marcha contra Hamás. Decenas de militantes de la organización han sido detenidos en Cisjordania, y a requerimiento de Rabin casi todos los miembros del Gobierno aprobaron la destrucción de las casas habitadas por terroristas.
Varias voces se han levantado dentro del movimiento extremista a favor del diálogo con Israel. El jeque Yamas Salim, miembro influyente de Hamás, propuso a Israel negociar con la organización con la mediación de una tercera parte Estados Unidos, por ejemplo con el fin de evitar los ataques contra civiles por una y otra parte, algo similar al acuerdo tácito de Israel con la guerrilla proiraní de Hezbolá en el sur de Líbano con la mediación de EE UU y Siria.
Otro importante dirigente de Hamás, Emad Faluji, declaraba ayer que es posible una "paz global con Israel", aunque puso como condición que todas las fuerzas israelíes se retiren de Gaza y Cisjordania, informa France Presse. El viceministro israelí de Exteriores, Yosi Beilin, aseguró que es posible el diálogo con Hamás "si están interesados [sus líderes] en hacer amainar la tormenta". "Hamás utiliza el terror más cruel, pero dentro de ella hay elementos menos extremistas, y si éstos quieren dialogar con nosotros, no estoy seguro que debamos rechazarlos".
Los halcones han salido al paso de las palomas, y ayer mis mo el ministro israelí de la Vivienda, Binyamin Ben Eliezer, declaraba que Israel va a librar una "prolongada" guerra con tra Hamás y tiene reservado a esta organización un tratamiento especial", según France Presse.
Represalias
Al mismo tiempo, Hamás hacía público un comunicado oficial en el que aseguraba que Rabin ha ordenado asesinar a los líderes de la organización como respuesta al ataque suicida del miércoles pasado en Tel Aviv, en el que murieron 22 personas. Hamás promete tomar represalias si cualquiera de sus miembros es atacado por los israelíes, ya sea dentro de los territorios árabes ocupados o en el exterior. Unas 20.000 personas se manifestaron el sábado en Tel Aviv en protesta por el atentado de Hamás.Mientras, en El Cairo, el ministro israelí de Exteriores, Simón Peres, y su homólogo egipcio, Amr Musa, coincidieron en que los extremistas musulmanes representan un peligro que debe ser combatido con contundencia. Peres se entrevistó con el presidente egipcio, Hosni Mubarak, y después de la reunión declaró que el cierre de CisJordania es temporal, aunque Israel intentará suprimir "el fenómeno Hamás".
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