_
_
_
_
UNIVERSIDAD DE CASTILLA-LA MANCHA

Una facultad de lujo para los alumnos de Derecho y Empresariales de Toledo

100 millones anuales para mantener un antiguo convento dominico restaurado

Entre tres claustros, dos antiguas calles del casco histórico, en plena judería, galerías espaciosas, restos romanos, muebles de diseño y luz, mucha luz, estudian 2.000 alumnos de la Universidad de Castilla La Mancha las carreras de Derecho y Ciencias Empresariales. Ni una sola pintada, ni un solo estudiante sentado en el suelo, ni un solo ruido. La facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de Toledo, situada en el antiguo convento dominico de San Pedro Mártir, se sale completamente de lo normal.Es el centro más lujoso de cuantos disponen las universidades públicas de nuestro país. Agrupa tres edificios y dos calles de la parte más alta de Toledo, lo que supone el 6% del casco antiguo de la ciudad. Los responsables del campus están orgullosos, pero no ocultan su preocupación. Les cuesta 100 millones de pesetas anuales conservar el edificio. Un exceso para el presupuesto de esta universidad "que, lejos de crecer, sigue siendo el mismo desde hace tres años", señala un vicerrector de Toledo. Y además les falta espacio.

Más información
"Lo mejor es la biblioteca"

Restauración

El convento fue restaurado con 2.500 millones de pesetas en entre 1987 y 1993 por el Ministerio del Interior, ya que, en un principio, el edificio iba a ser destinado a oficinas de este organismo. Pero, por impulso del presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, fue cedido posteriormente a la Universidad. Está abierto desde el curso pasado aunque sólo la mitad de los alumnos de esta facultad (tiene 4.000 alumnos este curso) caben en San Pedro Mártir, el resto estudia en otro edificio. "Las únicas pegas son que las aulas y la biblioteca son demasiado pequeñas. En algunas clases no cabemos todos y en épocas de exámenes, tampoco en la biblioteca".Teresa Murillo, Susana María Sanguino y Yolanda Hidalgo estudian este curso 4º de Empresariales en San Pedro Mártir. Dicen que tiene pegas, por supuesto. "Pero no nos quejamos", puntualizan, "sabemos que es un lujo estudiar aquí. Pero la verdad es que a mucha gente le da un poco igual".

Los alumnos, enmarcados en un recinto de tal solemnidad y belleza, parecen más respetuosos, más callados que el resto, y hasta menos desaliñados de lo que suelen imponer ahora las modas al uso. Lo que no saben la mayoría es que los muebles en los que se sientan los han traido de Holanda para ellos. Y que el diseño se paga. El acondicionamiento del edificio para uso académico le ha costado a la universidad cerca de 150 millones de pesetas.

"Lo que en realidad nos importa es que el edificio sea funcional, que tenga bancos cómodos, que nos conecten los ascensores y que no pasemos frío en invierno", comenta un estudiante de 50 de Empresariales un tanto escéptico. El edificio tiene calefacción y aire acondicionado en todas las aulas, varios ascensores de cristales transparentes (algunos desconectados), pero pocos bancos en el exterior.

Sólo hay dos en uno de los claustros, en el del tesoro, que tiene techo de cristal y una cubierta corredera que se despliega en verano para proteger la madera del sol y del calor.

El decano de la facultad y catedrático de Derecho Civil, Ángel Carrasco, opina que se ha conseguido "aunar clasicismo con funcionalidad". La biblioteca, que abren los sábados en época de exámenes, tampoco tiene desperdicio. Los alumnos estudian en sillas de madera clara de diseño anatómico (cada una cuesta un par de decenas de miles de pesetas) alrededor de un luminoso patio con naranjos y una antiguo pozo. Está completamente informatizada y es la biblioteca central del campus de Toledo. En ella hay una pequeña sala con cuatro máquinas fotocopiadoras, decorada con estores de color crema y luz halógena, al igual que todas las aulas.

Hasta Garcilaso

Al fondo de la biblioteca hay una puerta que da acceso a la antigua iglesia del convento en la que se encuentra la tumba de Garcilaso de la Vega. La sacristía se ha convertido en parte de la biblioteca pero la mayor parte de la iglesa está en ruinas. "Es la segunda iglesia de mayores dimensiones de Toledo, después de la Catedral, pero necesitamos unos 500 millones de pesetas para restaurarla", explica el decano. "Queremos que sea el aula magna de la facultad y que sirva como sala de conferencias para toda la ciudad".En esta facultad se pueden encontrar restos del mudéjar, del romano o del gótico por los que parecen pasar los alumnos sin caer en la cuenta. Aunque no todos. "Yo vengo a estudiar a la biblioteca de San Pedro Mártir por la luz y el ambiente, aunque no es mi facultad". Ana Sánchez estudia en 40 de Humanidades en otro centro. Dice que le apetece más estudiar en ese entorno que en cualquier otro sitio. "Lo que más me gusta es el Claustro Real que es un maravilla y además es un edificio que está preparado para minusválidos, con rampas y ascensores en todos los pisos". A más de un alumno de Derecho o Empresariales de universidades como la Complutense de Madrid o la Universidad de Barcelona se les pondrán los dientes largos al ver estas aulas, estos patios, estos espacios silenciosos... Y no es para menos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_