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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Comienzo de curso

En estos días se reiteran las anuncios en diversos medios de comunicación sobre la mayor calidad de enseñanza que nos trae la reforma. No sabemos si se trata de otra venta de fascículos y a quién pretenden convencer.De momento venimos observando en este comienzo de curso 1994-1995 lo siguiente:

- Centros que carecen de determinadas instalaciones (gimnasio, biblioteca, laboratorio, sala de pretecnología) o que están infrautilizadas por falta de personal.

- Las tan mimadas aulas de integración no siempre disponen del personal especializado ni respetan el número de alumnos establecido.

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- Colegios que no han visto un profesor de música ni de educación física, aunque sí han oído hablar de ellos.

- Profesores de inglés que se ven obligados a impartir sus clases con un número superior a 30 alumnos, incluso en aulas de integración (negocio para los vendedores de cursos de inglés).

- Los pocos especialistas, si es que existen, en logopedia, audición y lenguaje o pedagogía terapéutica suelen ser compartidos con otros colegios que, debido al número y a las distancias, no cubren las necesidades de los alumnos.

- Muchos profesores demandan determinados cursos de perfeccionamiento relacionados con su especialidad que no son ofrecidos por el M. E. C., y por tanto no están reconocidos por éste, como es el caso de profesores de idiomas que realizan cursos desplazándose a otros países.

Hasta aquí algo de lo nuevo y bueno que nos trae la LOGSE. Pero esto no es todo. Cada septiembre deja caer las hojas de las adjudicaciones de puestos de trabajo avanzado ese mes negro, aunque el curso empieza el día 1. Según entran los niños por las puertas nos vamos enterando que han suprimido aquel sexto, que no han nombrado al del primero y que la música no sonará jamás.

Todo por culpa del concurso de traslados más oscurantista de los últimos años, resuelto por medios informáticos. Ante todo esto nos preguntamos: ¿los señores del ministerio se creen la reforma y sus anuncios? ¿Se pueden creer los padres la reforma? ¿Nos la podemos creer los maestros?- y 3 firmas más.

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