"Estoy escribiendo mi última novela"

"Creo que me han dado el premio como muestra de apreciación a toda la literatura japonesa moderna y demuestra el alto nivel de nuestros autores. También podrían haberlo recibido otros, como Kobo Abe o Sholiei Ooka", manifestó ayer Kenzaburo Oé, aunque confesó que piensa dejar de escribir en cuanto termine la novela que está trabajando. El escritor se mostró exultante ante los más de cincuenta periodistas que asediaban la puerta de su casa. Hasta ahora consideraba su candidatura al Nobel como una broma, dijo, pero el premio, dotado con cerca de un millón de dólares (unos 120 millones de pesetas), le permitirá dedicarse unos años plácidamente a la lectura.

En su breve aparición ante la prensa afloró su carácter bromista entremezclado con declaraciones irónicas. "Desde que empezó a correrse el rumor de mi candidatura, siempre creí que era una broma", dijo con una mueca, para añadir, más en serio, que "este premio otorga nuevas perspectivas a la literatura japonesa actual de cara al futuro"."Estoy sorprendido y agradecido", señaló Oé con una sonrisa de oreja a oreja. "Será un día inolvidable, y no sólo porque desde las 6.30 horas de la mañana llevo trabajando en lo que será mi última novela".

Oé, el octavo Nobel japonés, reiteró su propósito de dejar de escribir novelas, una vez que termine la actual, e insistió -como ya lo había dicho hace varios meses- en que "una vez finalice el trabajo presente, me dedicaré a investigar nuevos géneros literarios. Como pienso dedicar mis próximos años a la lectura, el dinero del premio me viene pintiparado".

Entre los autores preferidos de Oé, considerado como un novelista comprometido con las circunstancias sociales y políticas de Japón, se encuentran el alemán Gunther Grass y el peruano Mario Vargas Llosa.

La amenaza nuclear

El nuevo laureado señaló que su insistencia en temas referentes a la aniquilación nuclear y los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki se debe a que son temas importantes para el futuro de la humanidad. "La. mayoría de los japoneses no reflexiona sobre esos asuntos y prefiere dejárselos a los psicólogos e historiadores", dijo ayer. "Proyecto continuar con temas similares hasta mi muerte".

El mundo novelístico de Oé tomó como punto de partida el ambiente de la guerra y posguerra tamizadas por la experiencia infantil en su pueblo de Uchiko, en la isla de Shikoku, al sur del archipiélago. Sin embargo, una visita a la ciudad de Hiroshima y el asesinato a cuchilladas por ultraderechistas del dirigente del Partido Socialista Inejiro Asanuma en 1960, influyeron notablemente en la visión que Oé ofreció en sus trabajos. Precisamente el asesinato de Asanuma dió origen a uno de sus trabajos más celebrados, Muerte de la Juventud Política (Seffiro shonen shisu).

Oé es admirado en Japón por la austeridad de su vida personal, como manifestó ayer mismo el primer ministro, Tomiichi Muyayama, quien afirmó: "Me siento orgulloso no solamente de que le hayan otorgado el premio, sino del modo como vive". Kenzaburo Oé vive en Tokio, en una casa del barrio de Seijo 4-10-2, donde habitan actores, arquitectos e intelectuales. Allí lleva una vida retirada en un pequeño oasis que ha creado en la gran urbe. Oé cultiva un pequeño jardín al que dedica todos sus cuidados. Un sutil cuadro verde con una cascada construida por él mismo, rodeada de rododendros y acebos, que le han merecido también un importante premio de jardinería.

El ministro de Educación, Kaoru Yosano, apuntilló que Oé es "el paladín de la literatura nipona". El embajador de Japón en España entre los años 1981 y 1984, Eikichi Hayashima, celebró también ayer en Tokio el premio a su compatriota, del que dijo que era un gran admirador. "Es un gran escritor, aunque yo valoro más su papel como pensador y activo crítico social de la vida japonesa".