Irak no reconocerá a Kuwait mientras siga el embargo
JUAN CARLOS GUMUCIOENVIADO ESPECIAL
Concluida la retirada de las divisiones despachadas a la frontera con Kuwait, Irak desafió ayer nuevamente a la formidable presión política y militar de sus adversarios. Irak dijo ayer que no aceptará la imposición de una zona de exclusión terrestre en el sur del país y supeditó indirectamente el reconocimiento de las fronteras con Kuwait al inmediato levantamiento del embargo internacional.
La delegación diplomática rusa, integrada por el viceministro de Exteriores, Igor Ivanov, y el enviado especial del presidente Borís Yeltsin para Oriente Próximo, Víctor Posuvaliuk, llegó ayer a Bagdad para tratar de mediar en la crisis, pero sus posibilidades de éxito parecen escasas. Fuentes diplomáticas dijeron que la misión "no trajo ideas novedosas" capaces de ablandar la posición iraquí.
"Los iraquíes han invertido demasiado en esta última crisis y no van a aceptar nada que se asemeje a una capitulación", comentó un diplomático. "Los iraquíes creen que ya han cumplido con su parte al acatar las resoluciones de las Naciones Unidas y, sobretodo, al replegar sus tropas del sur de Basora", añadió.
Rusia, interesada particularmente en desactivar la crisis y lograr la vuelta de Irak a la esfera internacional para poder cobrar los 8.000 millones de dólares (un billón de pesetas) que Bagdad adeudaba a la antigua Unión Soviética, no se ha dado por vencida, y hoy envía a, su ministro de Exteriores, Andréi Kózirev, a la zona. Moscú pretende convencer a Sadam Husein de que le conviene reconocer la soberanía e integridad territorial de Kuwait, así como la demarcación de su frontera con el emirato realizada por la ONU.
Pero Irak, una vez desmovilizadas las divisiones de la Guardia Republicana despachadas intempestivamente al sur de Basora la semana pasada, dejó ayer entrever que está dispuesto a seguir corriendo riesgos e incluso soportar una nueva campaña aliada. "Sólo reconoceremos Kuwait cuando nos levanten el embargo que no nos deja respirar", declaró un alto funcionario.
Un portavoz del Ministerio de Exteriores dijo que Bagdad bajo ninguna circunstancia aceptará la imposición de una zona de exclusión terrestre en el sur, donde ya está en vigencia la prohibición de toda actividad aérea entre el paralelo 32 y la frontera con Kuwait.
, Esta nueva zona prohibida que Estados Unidos intenta imponer a Irak constituiría una humillación que Sadam Husein no está en condiciones de soportar. Grandes sectores geográficos de su país ya están fuera del alcance físico de las fuerzas del Gobierno gracias al mecanismo impuesto al término de la guerra de 1991, o sea, dos zonas de exclusión aérea: una al norte del paralelo 36, la otra al sur del paralelo 32. Aceptar que la exclusión sea también terrestre, entrañaría una concesión impensable. Pero, sobre todo, supondría la tácita admisión iraquí de que la presente crisis, precipitada por el afán de acabar con el embargo, sólo ha servido para empeorar las cosas.
Bagdad permanecía ayer sin producir mayores señales de alarma ante una nueva acción militar norteamericana. Pero la precupación va claramente en aumento.
"Estamos asediados. La gente se muere de hambre. ¿Como puede pedírsenos que reconozcamos a Kuwait?. Pensar en el reconocimiento de Kuwait en estas circunstancias es pedir lo imposible", declaró el presidente del parlamento iraquí Saad Mehdi Salé.
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