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ALARMA EN EL GOLFO

Sadam pide a China y a Rusia que supervisen la retirada de sus tropas

JUAN CARLOS GUMUCIOEl Gobierno iraquí solicitó ayer a los consejeros de las embajadas de China y Rusia que supervisaran la retirada de las tropas iraquíes de, la frontera con Kuwait. Periodistas occidentales desplazados a la zona fueron testigos del giro hacia el norte del país de un enorme convoy militar compuesto de centenares de vehículos de la Guardia Republicana."Los movimientos [hacia el norte] iniciados en la noche del lunes continúan hoy [por ayer] rezaba el comunicado emitido por el Ejército iraquí. mientras, en Bagdad, nadie se atrevía a adivinar las intenciones de Sadam Husein. Nadie se atrevía a calcular el precio a pagar por la nueva apuesta política de este taimado jugador de póquer que anoche mantenía sus cartas bien pegadas al pecho.

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El presidente de Rusia, Borís Yeltsin, envió ayer a Irak y Kuwait al viceministro de Exteriores, Igor Ivanov, y a su consejero especial para Oriente Próximo, Víktor Posuvaliuk, para tratar de impedir un conflicto armado. La iniciativa diplomática de Yeltsin está motivada por el interés de Rusia en que Irak cumpla las resoluciones del ONU, de manera que se le pueda levantar el embargo que le ahoga desde hace cuatro años y pueda pagar la deuda de 8.000 millones de dólares (un billón de pesetas) que contrajo con la desaparecida Unión Soviética.Enla nueva y peligrosa partida de Irak contra Estados Unidos y sus aliados, que financian el formidable desplazamiento militar en el golfo Pérsico, sólo una cosa parecía cierta: el enigmático líder iraquí está a la espera del efecto que tendrá el informe que el jefe de la Comisión Especial de la ONU encargada de desarmar a Irak, Rolf Ekeus, presentará ante el Consejo de Seguridad en las próximas horas.

Según fuentes diplomáticas, Sadam Husein tendrá que elegir en las próximas horas entre ceder ante la presión internacional y su amenaza de retirarse de la ONU; "No sería nada raro que opte por su automarginación de la comunidad internacional para darle aún mayor dramatismo a la pavorosa situación económica de Irak y exigir el levantamiento de las sanciones impuestas hace cuatro años", comentaron. "En Irak es imposible pronosticar el curso de los acontecimientos. Sadam es impredecible". Sin embargo, ya parece posible descartar un avance iraquí sobre la frontera con Kuwait, donde millares de árabes apátridas expulsados por el emirato mantenían ayer su simbólica campaña de reivindicación frente a una línea a todas luces inexpugnable.

El anuncio oficial de que Irak había resuelto replegar hacia el norte tropas cuyo movimiento asustó a los multimillonarios emires de Kuwait y provocó la llamada de socorro militar de ese país y la monarquía de Arabia Saudí no impresionó a Washington. El diario pro gubernamental Al Jumhuría hacía una especie de llamamiento al presidente Bill Clinton para que ponga fin "a la actual escalada" en el Golfo y tachaba de "gesto de buena voluntad" la decisión del régimen iraquí de retirar sus tropas.

El visible afán de la prensa iraquí en asegurar que Sadam no busca un enfrentamiento militar no encontró eco alguno en el extranjero y los iraquíes escucharon impotentes las noticias sobre los numerosos países -desde Francia a Bahein, pasando por el Reino Unido y Líbano- que han vuelto a hacer causa común con Kuwait y han comenzado a enviar tropas, armas y equipamiento militar, para castigar a Irak.

A SadamHusein se le atribuía ayer un nuevo error de cálculo: el haber creído que la escalada de tensión en el Golfo iba a convertirse en un factor favorable para acudir a la ONU y emplazar a Ekeus a afirmar que, desde el punto de vista legal, las 13 resoluciones del Consejo de Seguriad contra Bagdad impuestas tras la invasión de Kuwait en 1990 -la mayor parte de ellas tienen que ver con la destrucción del arsenal químico y nuclear de Bagdad- han sido cumplidas.

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