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CUMBRE FINANCIERA EN MADRID

Alemania exigirá el estricto cumplimiento de Maastricht para participar en la Unión Monetaria

Alemania no quiere ni oír hablar de lecturas políticas del cumplimiento del Tratado de Maastricht para la Unión Económica y Monetaria. El año 1997 es prematuro, y elegir entre 1999 o algún año del próximo siglo es irrelevante, según aseguró ayer en Madrid el presidente del Bundesbank (banco central alemán), Hans Tietmeyer. Lo único importante es que los criterios se cumplan a rajatabla, "porque son requisitos mínimos" razonó Tietmeyer. Tampoco importa que se incorporen, cuando sea, pocos países, porque "la Europa de círculos concéntricos" que Alemania propugna les abrirá la puerta en su momento. Y esos círculos deben incluir a los, países del centro y el este de Europa porque "tienen derecho a la misma oportunidad que se dio en su día a España y Portugal cuando cumplieron con los requisitos de democracia y economía de mercado" afirmó.

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Conflictivos DEG

Los radicales mensajes de Hans Tietmeyer en Madrid no cesan. El viernes utilizó una conferencia que sólo le esperaba de moderador para echar por tierra las pretensiones de fortalecer el Fondo Monetario Internacional, sábado y domingo utilizó la plataforma del Grupo de los Siete para difundir sus mensajes de estabilidad monetaria y su negativa a dar más dinero o poder a los países menos ricos en el FMI (Fondo Monetario Internacional), y ayer -desde el Casino de Madrid- dijo lo que debe ser la Unión Económica y Monetaria, pidió una rápida ampliación de la Unión Europea a los países del centro y el este de Europa, bromeó sobre la incapacidad de Francia de hacer valer su reducida inflación, dejó claro que el Bundesbank no tiene en su agenda tocar sus tipos de interés, y vertió otro jarro de agua helada sobre el FMI y sus derechos especiales de giro (DEG). Todo ello en hora y media de una conferencia en alemán que recibió un aplauso tan entusiasta como si de la interpretación de Rostropóvich se tratara."Los criterios de Maastrich no deben, de ningún modo, suavizarse"; "si las fechas [1997 o 1991 no concuerdan con las realidades económicas, la Unión Monetaria no podrá crearse hasta más tarde"; "es decisivo que -cualquiera que sea la fecha sólo ingresen los países que cumplan todos los criterios", afirmó el presidente del Bundesbank.

Por si esto deja algún resquicio de duda sobre cuál es su posición respecto a lecturas políticas de la UEM, Tietmeyer pasó revista a lo que se ha dado en llamar convergencia real, es decir, acercamiento de los niveles de vida de los socios de la Unión Europea y futuros integrantes de la Unión Económica. "Los criterios de Maastricht, intencionadamente, no están formulados desde el punto de vista de la economía real, no distinguen entre ricos y pobres; distinguen entre un grado mayor o menor de estabilidad monetaria". No importa ser más pobre si hay "flexibilidad, interior de salarios", es decir, si se acepta un nivel general de vida más bajo en los países menos ricos.

Bandas anchas

El Tratado de Maastricht preveía que, como paso previo a la integración en la Unión Económica y Monetaria con una moneda única, las divisas con posibilidades de integración participaran, durante un tiempo, del Sistema Monetario Europeo con una banda muy estrecha del fluctuación -del 1%. Grave error, según Tietmeyer. Las bandas de fluctuación están bien como están y el error fue funcionar con bandas estrechas hasta la crisis monetaria de agosto de 1992. Lo importante, dijo, es garantizar la convergencia nominal y, con algún tipo de acuerdo de Unión Política, dar el salto al círculo interior de la Europa que pretende Alemania.

Tras exponer esta visión de la futura Europa, Hans Tietmeyer puso a Alemania como ejemplo de estabilidad monetaria. ¿Qué hacer con la especulación que desestabiliza los mercados?, le preguntaron tras su conferencia. Cerrar a cal y canto el país o, según su recomendación, ofrecer 20 años de tradición de disciplina monetaria. Por eso, dijo, a Francia le cuesta más convencer a los mercados financieros internacionales de la solidez de su baja inflación. Sobre la posibilidad de que su institución reduzca los tipos de interés, Tietmeyer enumeró tal cantidad de cosas que deben ocurrir en el futuro y deben ponderarse que, por exclusión, eliminó toda esperanza a corto plazo.

El Bundesbank pretende trasladar sus recetas monetarias también al Fondo Monetario Internacional. Según Tietmeyer, "la escasez monetaria es el enemigo natural de la inflación", y el FMI "no es una institución de ayuda al desarrollo sino que debe ocuparse de la estabilidad de precios". Todo este razonamiento sirvió de preámbulo para avanzar que pedirán la prohibición de cualquier emisión de DEG. Tietmeyer aprovechó la pregunta de un periodista para calificar de "inteligente y capaz" a Michel Caindessus. Después apostilló: "No hay que dramatizar porque su postura no haya prosperado; todos aprendemos de nuestros errores. Usted, yo... Todos."

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