"Odio a los fundamentalistas"
El periodista Gil González, de Reporteros sin Fronteras, explicó al Parlamento Internacional de los Escritores, reunido en Lisboa , las dificultades con que se encontraron en su campaña a favor de Taslima Nasrin. Contó cómo, de manera involuntaria, algunos periodistas complicaron la situación de la escritora en Bangladesh. Uno, por ejemplo, se equivocó de palabra: confundió el Corán con la ley islámica, con el resultado de que Nasrin, aparentemente, atacaba al Corán , lo que desencadenó contra ella una campaña feroz por parte de los fundamentalistas. En un reportaje emitido por la BBC Taslima aparecía fumando, algo prohibidísimo en su país.Ahora todo eso, en Lisboa, desde la seguridad de Europa, no parece importarle. Tiene la sonrisa fácil y lleva unos saris tan bellos, que toda ella resulta una explosión de alegría. Es valiente, está viva y dispuesta a seguir luchando.
Pregunta: Su novela Laija (Vergüenza, que publicará en España Ediciones B el próximo noviembre) le trajo muchos problemas en su país, ¿qué le decidió a escribirla?
Respuesta. Es una novela documento. En diciembre de 1992, fundamentalistas hindúes destruyeron una mezquita en la India. Entonces fundamentalistas musulmanes empezaron a destruir casas, templos, tiendas de los hindúes de Bangladesh; que son una comunidad minoritaria. Quedé muy perturbada, sentí vergüenza y decidí escribir una historia sobre una familia hindú en Bangladesh.
P. ¿Cuántos libros ha escrito?
R. Quince. Bastantes de ellos ya han empezado a ser traducidos al francés.
P. ¿En qué, trabaja actualmente?
R. Estoy escribiendo una novela sobre la mujer en la sociedad musulmana, sobre cómo crece en ella, cómo se revela y cómo intenta romper las barreras que le impone la sociedad. En resumen, es una novela sobre cómo la mujer afronta un montón de problemas.
P. ¿Escribirá sobre la persecución a la que ha sido sometida, sobre su clandestinidad?
R. Sí, quiero contar mis 60 días que son los que estuve escondida, en la clandestinidad. Fueron terribles, cada dos o tres días o noches tenía que cambiar de casa. Sabía que los fundamentalistas querían matarme, eso, durante 60 días, es una terrible experiencia.
P. Cuando acabó sus estudios de medicina, se decidió a escribir artículos sobre la situación de la mujer. ¿Así empezó todo?
R. Sí, la campaña de los fundamentalistas contra mí empezó en 1990, desde ese año están pidiendo mi muerte. Las cosas se fueron complicando y pasé a la clandestinidad cuando el Gobierno de Bangladesh no fue capaz de garantizar mi seguridad,
P. En Estocolmo, donde ahora reside ¿se siente segura?
R. ¡Sí, sí, sí!
P. Pero usted viaja acompañada permanentemente por agentes de seguridad y en Estocolmo está también bajo protección policial.
R. Sí, ya lo sé, pero en los países civilizados una se siente segura.
P. ¿Cómo vive en Estocolmo?
R. Normalmente, en un apartamento.
P. ¿Tiene problemas económicos?
R. [Estalla en risas] Bueno, vengo de un país pobre. En Estocolmo, pago mi apartamento y es muy, muy caro. En mi país todo era muy barato y, en Europa todo es muy caro. A veces pienso que no voy a poder afrontar todos los gastos.
P. ¿Alguien la ayuda económicamente?
R. Obtuve un premio en Suecia y ahora estoy viviendo de ese dinero. ¿Qué pasará cuando se acabe? ¿Durará meses, seis meses, cuatro meses? Bueno, cuando se acabe se habrá acabado. [Y vuelve a reir a carcajadas]. _
P. Pero usted ya ha empezado a publicar en Europa y eso continuará.
R. Sí, estoy segura. Ya estoy empezando a recibir dinero por mis libros.
P. ¿Cómo ve usted a las mujeres europeas?
R. Tienen más libertad que nosotras, pero también tienen problemas. Más problemas, menos problemas, lo cierto es que la mujer está muy discriminada en todo, el mundo.
P. Usted trabajó como médica en Bangladesh ¿volverá a ejercer?
R. No lo sé. Dejé mi trabajo en señal de protesta porque el Gobierno de mi país no me permitió viajar al extranjero. Me gustaría volver a ejercer, pero ya sé que en mí país será imposible.
P. ¿Cuál es su especialidad?
R. No estoy especializada, pero trabajé en los departamentos de ginecología y anestesia.
P. ¿Está usted viviendo sola en Estocolmo?
R. Sí.
P. Toda su. familia continúa viviendo en Bangladesh. ¿Piensa en ellos? ¿Le gustaría volver algún día?
R. Sí, quiero volver. Pero no sé cuándo podrá ser, tendrían que cambiar muchas cosas.
P. ¿Cree usted que puede producirse algún cambio político en Bangladesh en un futuro no demasiado lejano?
R. No lo sé, pero lo deseo. Hay gente progresista en mi país que intenta hacer algo, pero los fundamentalistas son muy fuertes, cada vez más, porque reciben dinero de los países ricos árabes, como Irán. Están creciendo no sólo en Bangladesh sino en todo el mundo.
P. ¿Tuvo usted miedo?
R. No, no tuve miedo. He salvado mi vida. Estoy aquí porque organizaciones progresistas, escritores, periodistas, diferentes gobiernos, han ayudado a salvar mi vida. Por eso pude viajar a Suecia. Pero en Bangladesh aún quieren matarme. No, quizá no tenga miedo, pero comprendo que no podré volver a mi país hasta que la situación haya cambiado.
P. ¿Continuará viviendo indefinidamente en Estocolmo?
R. No. Ahora todos los países están abiertos para mí. Quiero ver mundo, quiero conocer gente, quiero a la gente, sobre todo a la gente progresista.
P. Las mujeres de su país no pueden fumar en público, pero pueden estudiar y trabajar. ¿Pueden moverse libremente?
R. No todas las mujeres, sólo las de alta educación y progresisfas, pero tienen muchos problemas. Las familias musulmanas conservadoras no les permiten salir de casa sin el permiso del padre, del hermano, o del marido. En mi país las mujeres no pueden hacer nada sin el permiso de los hombres.
P. Ha viajado usted a Lisboa para asistir a la primera sesión del Parlamento de los Escritores. ¿Es usted miembro di él?
R. No. He sido invitada por ellos, pero creo que probablemente sí seré miembro.
P. ¿Cree usted que este proyecto saldrá adelante?
R. Sí. Ya sé que entraña muchas dificultades, pero es muy necesario. Estos escritores están trabajando por la libertad de la escritura en todo el mundo y ayudando a otros escritores con problemas.
P. ¿Qué siente una mujer de 32 años que durante cuatro ha visto amenazada su vida?
R. Siento odio. Odio a los fundamentalistas, no sólo a los de mi país, a todos los del mundo. Quieren matar las voces progresistas, quieren llevar nuestra sociedad a una oscuridad medieval. Mi misión es luchar contra los fundamentalistas. No les tengo miedo, yo lucho por mi verdad, ésta es mi batalla inmediata.
P. A diferencia de muchos escritores, usted cree profundamente en la literatura, comprometida.
R. Vengo de un país donde tenemos un montón de problemas y creo que los escritores, la gente progresista debemos luchar. Yo tengo el compromiso de luchar con mis libros, con mi prosa.
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