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Clinton anuncia en la ONU el levantamiento de las sanciones unilaterales impuestas por EE UU a Haití

Antonio Caño

El presidente norteamericano, Bill Clinton, anunció ayer en las Naciones Unidas el levantamiento de todas las sanciones impuestas unilateralmente por Estados,Unidos contra Haití, excepto aquellas que afectan a los jefes militares y pidió a los demás países hacer lo mismo para poner fin cuanto antes al sufrimiento del pueblo haitiano. En su discurso anual, Clinton pidió también la firma de un acuerdo internacional para acabar con los 85 millones de minas que quedan en el mundo y la elaboración de un programa de prioridades para robustecer a la ONU de cara al 50º aniversario de su creación.

Las sanciones contra Haití que Clinton levantará incluyen los vuelos comerciales a ese país, cuando el aeropuerto de Puerto Príncipe esté en condiciones de recibirlos, los permisos para los norteamericanos que deseen viajar allí y las transacciones comerciales entre EE UU y Haití. De este último capítulo están excluidas las operaciones que afecten a las cuentas privadas o a los negocios del hombre fuerte haitiano, general Raoul Cédras, y sus principales colaboradores. "Pido urgentemente a las demás naciones que hagan lo mismo", dijo el presidente norteamericano.Bill Clinton explicó que es fundamental compensar al pueblo haitiano por los sufrimientos a los que tuvo que hacer frente mientras las sanciones estuvieron en vigor. En ese sentido, señaló que intentará "actuar rápidamente, dentro de las resoluciones del Consejo de Seguridad, para ser capaces de restaurar la atención sanitaria, el agua, los servicios de electricidad, materiales de construcción para esfuerzos humanitarios, las comunicaciones, la agricultura y los materiales de educación".

El Consejo de Seguridad de la ONU decidió la pasada semana, después de la invasión, que las sanciones impuestas por. ese organismo contra Haití permanecerán hasta que el presidente Jean-Bertrand Aristide regrese a su país y recupere el poder. Esa decisión fue interpretada como un signo de desconfianza hacia la operación militar dirigida por Washington.

Otra propuesta de Clinton desde la tribuna de la Asamblea General de las Naciones Unidas fue la de un acuerdo que permita "la eventual eliminación de una amenaza poco visible, los 85 millones de minas anti personas, una por cada cinco habitantes de la Tierra", que permanecen como recuerdo cruel de conflictos, en muchos casos resueltos desde hace años. "Esto salvará la vida de decenas de miles de hombres, mujeres y niños inocentes en los años venideros", dijo.

El presidente de Estados Unidos propueso también que, la mejor forma de celebrar el 50º aniversario de la creación de la ONU, que se cumple el año próximo, sería encargar al secretario general, Butros Butros-Gali, la redacción de "un plan de acciones concretas" que la organización debe plantearse a partir de 1995. Clinton anunció que respaldaba la propuesta de Argentina de crear "una capacidad de respuesta civil rápida para crisis humanitarias".

El presidente norteamericano recordó, por último, que la situación en Bosnia se ha deteriorado en las últimas semanas, y que Sarajevo se encuentra de nuevo en peligro de estrangulamiento por parte de las fuerzas serbio bosnias que la rodean. "Es necesaria una nueva decisión de las Naciones Unidas para reforzar sus resoluciones y salvar Sarajevo, y la Alianza Atlántica debe estar preparada para actuar", declaró Clinton.

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El discurso del presidente omitió toda referencia a la situación en Cuba y la crisis de los balseros, que mantuvo la atención de Washington durante el pasado verano. Ese silencio puede ser revelador de la intención de Estados Unidos de mantenerse alejado de ese conflicto todo el tiempo que le sea posible, o incluso síntoma de que el acuerdo alcanzado en las conversaciones de Nueva York han creado un clima de mejor entendimiento entre los Gobiernos de La Habana y Washington.

Bill Clinton se felicitó por la buena marcha de las relaciones con Rusia e informó que su Gobierno seguirá trabajando con el de Moscú para acabar con el comercio de materiales nucleares.

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