El primer médico es decisivo en la evolución de un cáncer

La mejor o peor evolución de un cáncer no sólo depende de la agresividad del tumor o de su diagnóstico precoz. Para el doctor Manuel González Barón, que acaba de publicar un libro sobre Factores pronósticos en oncología, el porvenir de un enfermo con cáncer "está en gran medida en manos del primer médico que le atiende, pues de éste depende que le remitan al especialista adecuado y en el momento preciso".Según González Barón, jefe de coordinación oncológica del hospital La Paz y profesor en la Universidad Autónoma de Madrid, la mayoría de las personas que sufren las primeras manifestaciones del cáncer consulta al médico de cabecera, de ahí la gran responsabilidad de este facultativo como factor pronóstico.

"Ante una ronquera de más de 15 días", explica el oncólogo, en un varón fumador que supera los 40 años, el médico debe pensar que puede subyacer un problema serio, y tiene que mandarle enseguida al otorrinolaringólogo. El especialista confirmará el diagnóstico, y lo ideal sería que se pusiera en contacto con el oncólogo, el verdadero experto en cáncer."Si se opta por la quimioterapia, bien como tratamiento único o complementario a la cirugía, el especialista más indicado para administrarla es el oncólogo, que es quien mejor conoce el manejo de la terapia farmacológica anticancerosa. La quimioterapia, que se aplica por vía intravenosa, es un tratamiento muy complejo, en el que pasarse o quedarse corto puede suponer la vida o la muerte del paciente", dice este experto.

González Barón se lamenta de que, en muchos españoles, la administración de la quimioterapia esté en manos de otros facultativos, la mayoría cirujanos. "Este hecho se da en un hospital como La Paz", afirma, "sobre todo en los servicios de urología y ginecología. Aquí, además de tratar el tumor quirúrgicamente, se administra quimioterapia. En el mejor de los casos, en estos servicios se aplican esquemas rígidos, sin la ductilidad que da el profundo conocimiento de la farmacología contra en cáncer, y además se priva a los enfermos de otras posibilidades de la oncología como tratamientos de soporte, cuidados paliativos y demás alternativas en el manejo del paciente en fases avanzadas".