_
_
_
_
INTERVENCIÓN EN EL CARIBE

Clinton envía por sorpresa a Carter a Haití para negociar la salida del general Cédras

Antonio Caño

En un sorprendente movimiento de última hora, el presidente de EE UU, Bill Clinton, ordenó ayer el traslado a Haití del ex presidente Jimmy Carter al frente de una delegación de alto nivel que intentará convencer a los jefes militares haitianos de que abandonen voluntariamente el país para evitar la inminente invasión que se prepara. Carter, que viajará acompañado del ex jefe de Estado Mayor, Colin Powell, y del senador demócrata, Sam Nunn, tiene la misión de negociar exclusivamente la forma de retirada del general Raoul Cédras y los otros dos miembros de la troika militar que detenta el poder en Haití.

Más información
Aristide promete que no tomará represalias tras su vuelta al poder

Un alto funcionario de la Casa Blanca dijo ayer que la delegación, de la que también forma parte un miembro del Consejo Nacional de Seguridad y otro de la Junta de Jefes de Estado Mayor, se trasladará a Haití "probablemente dentro de las próximas 24 horas", lo que significa que hoy mismo podrían comenzar las negociaciones con los militares haitianos. La misma fuente, que no quiso ser identificada, aseguró que "nada de esto cambia la urgencia de la situación ni los preparativos militares".El consejero nacional de Seguridad, Anthony Lake, declaró exclusivamente que "el propósito de este viaje es participar en discusiones con los líderes de facto de Haití en el marco de los objetivos establecidos por el presidente Clinton y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas". Lake no reveló otros detalles sobre esta imprevista misión de paz.

El presidente Clinton declaró el jueves por la noche que todos los esfuerzos diplomáticos en Haití habían sido agotados y que lo único que quedaba por hablar con el general Cédras y sus colaboradores era su salida del país. "Nuestro mensaje es claro: Tienen que irse o los echaremos por la fuerza", señaló.

Al mismo tiempo que una flota norteamericana con dos portaaviones al frente se situaba frente a las costas de Haití para participar en una invasión en cualquier momento, el presidente Clinton había ordenado a su Embajada en Puerto Príncipe mantener contacto con el general Cédras para ofrecerle una última oportunidad de retirarse.

Esa gestión sirvió, al parecer para que la Casa Blanca aceptase enviar a Carter, que recientemente actuó con éxito como mediador con Corea del Norte, pero que, en 1989, fracasó en su intento de evitar la invasión de Panamá.

Divisiones internas

La última oferta de la Administración norteamericana había abierto, según fuentes oficiales en Washington, divisiones entre los tres hombres que comparten el poder militar en la isla. El jefe de la policía de Puerto Príncipe, teniente coronel Michel François, había enviado a su familia a la República Dominicana y parecía listo para ofrecer su rendición.

Por su parte el jefe del Estado Mayor haitiano, general Philippe Biamby, parecía partidario de resistir a la invasión, mientras que el general Cédras había declarado el jueves a la cadena CBS que estaba dispuesto a morir antes de aceptar una salida indigna. Pero tras el nuevo giro diplomático de EE UU el presidente de Panamá, Ernesto Pérez Balladares, ofreció ayer asilo político para Cédras.

Anoche se ignoraba si la misión de paz enviada por el presidente Clintlon era una respuesta a algún gesto de buena voluntad ofrecido por el general Cédras y sus colaboradores. Un portavoz de la Administración comentó que, hasta donde sabía, ese gesto no existía, pero que Clinton que ría agotar todas las posibilidades de evitar el derramamiento de sangre en Haití. El alto nivel de la delegación hace pensar, sin embargo, que no viaja a Puerto Príncipe con las manos absolutamente vacías.

Mientras se concretan los esfuerzos de esa delegación, el portaaviones America llegó ayer a aguas haitianas, y el otro portaaviones, el Eisenhower, así como el buque Mount Whitney, en el que está establecido el mando de la operación, alcanzarán hoy mismo sus posiciones, por lo que la invasión podría tener lugar en el plazo de pocos días o incluso de horas.

Clinton ha dejado claro que sólo la salida inmediata del general Raoul Cédras y sus colaboradores de la dictadura haitiana puede evitar la primera acción de guerra protagonizada unilateralmente por los norteamericanos desde la desaparición de la Unión Soviética y la segunda de la historia contra el único régimen antidemocrático de América Latina, además de Cuba.

En cualquier momento a partir de ahora -y, seguramente, no después de la noche del próximo martes- 2.000 soldados de la 820 División Aerotransportada, otros 2.000 de la 10º División de Montaña y 1.800 marines desembarcarán en la noche en Puerto Príncipe, apoyados con fuego de helicóptero y aviones C-130 y A-10, para hacerse en pocas horas con el control del aeropuerto y de las principales instalaciones militares. El secretario de Defensa, William Perry, anunció ayer que espera que la operación esté completada "en cuestión de horas, como mucho uno o dos días", pero advirtió que cabe esperar "bajas".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_