La esterilización masiva de mujeres fracasa en la India

India, el país más poblado del mundo, se enfrenta al temido fracaso de su política de control de población: en el año 2000 contará con 1.000 millones de habitantes, y en el 2035 puede llegar a los 1.500 millones. Las críticas más duras se basan en que el Gobierno indio recurre primordialmente, como método de control, a la esterilización femenina, y en condiciones inhumanas. El porcentaje de hijos por pareja es aún de 3,6, y siguen naciendo 50 por minuto.

La frialdad de estas cifras se conecta con escalofriantes datos como los aportados recientemente por el International Herald Tribune: Durante las campañas de esterilización en la India profunda, las colas son tan multitudinarias que las intervenciones quirúrgicas duran 45 segundos. En ese tiempo se introduce un laparoscopio en el abdomen de la mujer, se ligan las trompas de Falopio, y se lava el laparoscopio en agua hirviendo.Cada año son operadas en condiciones parecidas nada menos que 4,1 millones de indias. Según datos oficiales, el 43% de las parejas practica el control de natalidad; pero sólo el 5% de los hombres usa condón; un 2% de las mujeres toma la píldora.

Entre 1975 y 1977, bajo el mandato de Indira Gandhi, las campañas de esterilización -que comenzaron en 19511. y que hoy se estima, según Los Angeles Times, que han impedido el nacimiento de 90 millones, es decir el equivalente a la población de México- se centraron en la coerción sobre el campesinado para practicar vasectomías y ligaduras de trompas.

Funcionarios corruptos

Hoy Delhi proclama que la esterilización es voluntaria, pero el enemigo actual de esa política se llama corrupción. Se han descubierto numerosos casos de funcionarios que, a cambio de compensaciones económicas, falsean los datos y hacen creer en una mayor reducción de nacimientos que la real. Las voces críticas contra el sistema de esterilizaciones hacen hincapié en que toda la planificación familiar ha sucumbido a la fascinación de obtener cuotas.

Sigue en pie la preferencia de las familias por tener hijos más que hijas. En Uttar Pradesh no llegan a 900 mujeres por cada millar de hombres. Los adelantos como las ecografías permiten saber el sexo de la criatura antes de que nazca; lo cual supone a menudo una invitación al oportuno aborto si va a ser niña. Ante esa situación, el Gobierno acaba de prohibir la amniocentesis (prueba prenatal para la detección de malformaciones en el feto), si no es en caso de prescripción facultativa.

Un proyecto de ley que será próximamente discutido en el Parlamento de Delhi propone prohibir el acceso a la función pública a los hombres que se casen antes de los 21 años y a las mujeres que lo hagan antes de los 18; así como cerrar el acceso apuestos en la Administración -toda una carrera en la India- quienes tengan más de tres hijos.

El Estado indio más extenso, Madhya Pradesh -capital, Bhopal, tristemente famosa por el escape de gas venenoso-, en el centro (el más populoso es Uttar Pradesh, con la mitad de tamaño y 139 millones, tasa de nacimientos del 5,1%), ha alcanzado su máximo crecimiento de la década, un 26,8%, y sólo podría estabilizarse al nivel de Tamil Nadu en el tercer decenio del siglo XXI, cuando tuviese una población de 150 millones, según People and the Planet, publicación auspiciada por la ONU.

Mayor esperanza de vida

Los progresos sanitarios en la India han desterrado hace tiempo las hambrunas; el sistema sanitario es más eficaz; cada año mueren 8,5 millones de indios y nacen casi 30. La esperanza de vida, que era en 1947 de 32 años, ahora es de 59. Un 80% de los niños menores de seis años están vacunados. Las mejoras materiales parecen agravar la superpoblación. Pero, vistas las cosas de cerca, se advierte que en Kerala la tasa de mortalidad infantil es sólo del 17 por 1.000, mientras que en Uttar Pradesh llega a 98. En los Estados pobres la gente sigue teniendo hijos porque se les mueren muchos.