Los radicales islámicos advierten a los extranjeros que si viajan a Egipto "ponen en peligro sus vidas"
El cadáver del pequeño Pablo Usán fue embalsamado ayer en las dependencias de la funeraria Tawaf, de El Cairo. Con sus nueve años no sólo es el turista, más joven asesinado en la larga guerra de los integristas islámicos contra el Estado egipcio, sino el primer español que pierde la vida en un atentado en la tierra de los faraones. La Gamaá Islamiya (Agrupación Islámica) se atribuyó ayer el crimen como parte de una nueva ofensiva y advirtió a los extranjeros que no viajaran a Egipto "para no poner en peligro sus vidas". El cuerpo de Pablo. Usán será repatriado esta noche a España en un avión de la compañía Iberia. En el mismo aparato regresarán sus padres heridos y su hermana Ángela, de 13 años, que resultó ilesa.
El atentado en el que perdió la vida Pablo Usán lo cometieron cuatro miembros de la Gamaá Islamiya a las 10 de la mañana del viernes en la pequeña localidad de Nagua Hamady, en el Alto Egipto, 590 kilómetros al sur de El Cairo. Según los datos que van saliendo trabajosamente a la luz, los integristas estaban emboscados en un cañaveral y se apostaron a la derecha del microbús en el que viajaban 11 turistas españoles y una guía local. Dispararon varias ráfagas con fusiles ametralladores Uzzi. Pablo Usán murió en el acto.Su madre, Inmaculada San Ambrosio, de 44 años, sufrió una rozadura de bala en el pie y ayer, según el encargado de Asuntos Consulares de la Embajada española en El Cairo, Ignacio Sánchez Delerín, "se encontraba bien, dentro del estado de tensión general que padece". El padre de Pablo, Leopoldo Usán, de 46 años, valenciano, como el resto de su familia, pasé toda la noche en observación. Era el que mayores inquietudes despertaba entre los médicos del hospital Maadi de las Fuerzas Armadas egipcias en El Cairo. Con una bala alojada en el abdomen y un ataque cardíaco en su historial clínico, los médicos parecían in clinados a autorizar su traslado a España, donde será operado.
El barcelonés Julio Ponce, de 40 años, se recuperaba bien de la herida de bala en un pie. Al parecer el proyectil había atravesado Sólo zona blanda, sin interesar ningún hueso. "Estoy bien, un poco fástidiado", comentó mientras era llevado en silla de ruedas. Sin embargo, su rostro era la imagen del abatimiento. En la unidad de cuidados intensivos, donde fueron ingresados los tres españoles heridos en el atentado, también se encontraba la guía del grupo, Imán Nuredín, que con una rozadura de bala en los gemelos no presentaba mayores complicaciones.
Pacto de silencio
A pesar de que todos los informes médicos, salvo, el relativo a Leopoldo Usán, eran claramente optimistas, el secretismo rodeaba ayer la inmensa estructura de la clínica Maadi, varada junto al Nilo, "el mayor hospital militar de Egipto", como se encarga de recordar su vicedirector, el general Samir Abu Taleb. Parecía como si la Embajada española y el Ministerio de Defensa egipcio hubieran firmado un pacto de silencio para tratar de mantener en la máxima reserva el caso de los españoles. La prensa egipcia del día relegó la noticia a páginas interiores, perdida en un discreto. sexto de columna o, simplemente, la ignoró.
El hospital Maadi es un acorazado que hace aguas. Atravesar sus puestos de control, con centinelas desarmados vestidos de azul, es una cuestión de perseverancia. Por pasillos en obras, techos descoloridos y oleadas depacientes es posible llegar hasta el despacho del general Samir Abu Taleb, que junto a su campechanía y diplomacia guarda los gruesos volúmenes del Blood Journal of the American Society of Hematology. El general, que confiesa "menos de 50 años" insiste, tras pedir autorización a sus superiores a través del teléfono en que, "los pacientes españoles están todos bien, en observación". Recuerda que recibieron el primer tratamiento en un hospital de Luxor y fueron llevados a El Cairo en un helicóptero movilizado especialmente por el Ministerio de Defensa egipcio. "Salvo, el padre del malogrado muchacho, todos están bien, aun que siguen en observación", reitera el general, que remite al cónsul para obtener permiso para ver a los heridos.
La mala suerte hizo que el co mando integrista eligiera el microbús ocupado por los españoles cuando viajaban por el Alto Egipto. Pero bien podría haberle ocurrido a otros. Como revela el encargado de negocios de la Embajada española en El Cairo, Pablo de Juvenois, "en aquel momento se encontraban otros tres autobuses en la zona". La fatalidad se volcó en el pequeño Pablo Usán y su familia. Un viaje a Egipto que ya no olvidarán. .
Teniente coronel muerto
La violencia islamista rebrotó ayer en la ciudad de Sohag, al sur del país. Militantes islámicos se enfrentaron a un grupo de policías y mataron al teniente coronel Hosni Hussein, el oficial de más alta graduación que muere en Egipto desde el pasado 20 de abril. En el tiroteo perdieron la vida cinco presuntos integristas, según fuentes policiales, citadas por la agencia Reuter.
El teniente coronel Hussein organizó una batida para intentar detener a un grupo de presuntos militantes islámicos que permanecía en una zona próxima al cementerio de Salamun, a unos 370 kilómetros al sur de El Cairo. El grupo policial fue recibido a tiros desde el interior del cementerio y el teniente coronel al mando de la operación fue abatido en los primeros instantes del choque.
Después de casi tres horas de tiroteo la policía abatió a cinco militantes, presuntos miembros de la Gammá Islamiya, que estaban armados con un fusil automático y varias pistolas.
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