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El cónsul español en El Cairo impide el acceso los heridos

Alfonso Armada

El cónsul nunca se ha visto en una igual. Ignacio Sánchez Delerín, de 27 años, cónsul accidental, se escuda en las autoridades egipcias y en la determinación, de los propios pacientes de no recibir visitas para impedir que en el último momento los curiosos, enfundados en las preceptivas batas azules, entren en la penumbra de la unidad de cuidados intensivos, donde los heridos del atentado de los radicales islámicos se recuperan."No quieren hablar, no quieren ser fotografiados. Quizá cuando salgan del hospital se decidan a hacer declaraciones" dice el diplomático, que no tuvo más remedio que hablar después de que los curiosos se abrieran paso a través de múltiples agentes y oficinas que negaban reiteradamente que el cónsul estuviera en el edificio.

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Su superior, el encargado de negocios, Pablo de Juvenois, de 46 años, se mantiene al frente de la Embajada mientras movilizan al embajador, Eudaldo Mirapeix, de vacaciones en las islas Baleares. Parece que Mirapeix estará esta noche de nuevo al frente de la legación diplomática.

De Juvenois envió el viernes a dos funcionarios de la Embajada a Luxor para atender al resto de los españoles. El viernes tuvieron que soportar durante 12 horas los exhaustivos interrogatorios de la policía egipcia en el lugar de los hechos. Aunque aún no tiene certeza sobre el número de españoles que se encuentran en el hotel flotante Radamés, De Juvenois, español de origen belga, cree que la mayoría ha optado por continuar el viaje según el plan previsto.

Zona peligrosa

El embajador recuerda que el lugar en el que se cometió el atentado de la Gamaá Islamiya está catalogado "zona peligrosa" y tanto el Gobierno egipcio como todas las embajadas "desaconsejan" recorrer en autobús el arco que va desde Quena hasta Luxor y de Luxor a Asuán, y menos sin escolta.

La agencia de viajes Cleopatra niega cualquier responsabilidad en el atentado del viernes, al que califica de "accidente individual" y "atraco", en palabras de El Alfi, un tour operador de 31 años de la oficina central de El Cairo. "La responsabilidad es de los que contratan las giras en minibús y organizan las visitas. Nosotros sólo hacemos las

reservas de los cruceros y no tuvimos nada que ver con la visita a Quena [localidad próxima A Nagua Hamady, donde se produjo la emboscada]. New Aswan es la agencia de autocares responsable de esa visita". Una agencia que, al parecer no creyó conveniente reclamar escolta policial para sus aventurados viajeros.

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