Belloch relevará por discrepancias sobre ETA al gobernador de Guipúzcoa

El gobernador civil de Guipúzcoa, José María Gurrutxaga, no entra en los planes del ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch. Sus discrepancias en materia antiterrorista han llevado al ministro a incluirle en la prevista remodelación de la Administración periférica del Estado, que puede afectar también a Álava y Navarra, aunque ninguno de sus titulares reconoció ayer estar al corriente.

Fuentes oficiales apuntan al único concejal del PSOE en Tolosa (Guipúzcoa), Juan María Jáuregui, como sustituto en el cargo "más incómodo de España", en definición del delegado del Gobiemo en el País Vasco, José Antonio Aguiriano. El sucesor saldrá de una lista que ha preparado el Partido Socialista de Euskadi (PSOE), aunque según el ministerio, el nombramiento no se producirá hoy, en el último Consejo de Ministros antes de las vacaciones.El relevó fue ayer sólo tibiamente protestado por los socialistas-vascos, que critican su inoportunidad. Sorprendentemente, la aparente solidaridad vino del lado de los populares. El portavoz en Guipúzcoa del PP, Gregorio Ordóñez, manifestó que de confirmarse la noticia el ministro demostraría "más sensibilidad con los asesinos de ETA que con quienes arriesgan su vida por la paz".

Gurrutxaga será destituido tras la operación de modernización que Belloch inicio en la cúpula de la policía y la Guardia Civil en junio, después de que el gobernador haya mantenido enfrentamientos con el nuevo equipo de Interior y concretamente con la secretaria de Estado, Margarita Robles.

Un duro

El talante más garantista del cumplimiento de la ley que quiere imprimir Belloch a las actuaciones de las fuerzas seguridad en la lucha contra ETA choca con un Gurrutxaga que se ha caracterizado por la gran contundencia en ese terreno, según fuentes oficiales, tanto en la lucha contra ETA como en el enfrentamiento con HB.

Guipúzcoa se ha convertido en los últimos años en el centro de coordinación de operaciones como la que permitió la detención de la cúpula de ETA en Bidart (Francia), el 29 de marzo de 1992. Sin embargo, la detención en julio del comando Kiruli motivó la apertura de una investigación por Margarita Robles para comprobar si hubo malos tratos a los detenidos. La investigación fue archivada sin resultado.

La protesta de Gurrutxaga por lo que interpretó como un gesto gratuito de desconfianza hacia la Guardia Civil se unió a la lista de diferencias con los responsables del departamento. La buena relación con el jefe del servicio de información antiterrorista, el cuestionado coronel Enrique Rodríguez Galindo, y su manifiesta preferencia por otros sucesores diferentes a Belloch al frente del ministerio, han acelerado la decisión.

Ayer, los socialistas José Antonio Aguiriano y Ramón Jáuregui alabaron a Gurrutxaga. "Ha dignificado el cargo de gobernador civil y merece el mejor de los homenajes", dijo Aguiriano. Jáuregui fue tajante: "Es un gran gobernador y lo ha hecho muy bien".