Las multinacionales que vertieron pesticida Iindano en Vizcaya pagarán 900 millones
185.000 toneladas de tierra, aguas subterráneas y cultivos fueron contaminados
Las multinacionales alemanas Boehringer y Merck y la suiza Sandoz han llegado a un principio de acuerdo con el Gobierno Vasco, por el que asumen su responsabilidad en los ingentes vertidos clandestinos del pesticida cancerígeno lindano, realizados en Vizcaya en las últimas décadas, y muestran su disposición a contribuir a sufragar los gastos de descontaminación de las tierras afectadas. Fuentes consultadas por este periódico aseguran que la suma que las tres multinacionales parecen dispuestas a desembolsar conjuntamente ronda los 900 millones de pesetas.
El ejecutivo de Vitoria lleva gastados unos 200 millones en el tratamiento y descomposición del lindano, y el coste del depósito de seguridad de contención de las tierras contaminadas por ese pesticida que el ejecutivo vasco proyecta construir en Sondika asciende a 700 millones de pesetas. El consejero de Urbanismo y Medio Ambiente, José Antonio Maturana, confirmó ayer el principio de acuerdo verbal con las tres multinacionales, responsables de haber contaminado en Vizcaya 185.000 toneladas de tierras entre 1966 y 1982. En esos años el lindano, pesticida altamente tóxico, cancerígeno y bioacumulable, ha envenenado aguas suberráneas, suelos de cultivo y áreas de pasto, en vertidos a cielo abierto.Maturana se negó a dar cifras "hasta que el asunto esté definitivamente cerrado", y subrayó la inexistencia, por ahora, de un compromiso escrito para que el pago.
Cambio de actitud
El cambio de actitud de la multinacionales químicas ha ocurrido tras las denuncias presentadas contra ellas por el Gobierno Vasco ante la Comisión y el Parlamento europeos, y los expedientes administrativos sancionadores abiertos a la vista del fracaso de las conversaciones mantenidas durante meses con las dos primeras multinaciones. En su queja ante la UE, luego admitida a trámite, el Gobierno vasco pidió que se denegaran las subvenciones y ayudas a esos grupos, al tiempo que solicitaba a la Comisión Europea su intervención.La firma suiza Sandoz fue implicada más tarde por el Departamento de Urbanismo, Vivienda y Medio Ambiente al comprobarse su participación en Celamerck España, una de las filiales con las que operaron las multinacionales. El pesticida abandonado -Vizcaya posee uno de los mayores depósitos de lindano de Europa-, impide, además, abrir los accesos del proyecto de ampliación del aeropuerto de Sondika.
El reconocimiento por parte de estas empresas de responsabilidad en los vertidos de lindano en el País Vasco es un precedente, ya que la actitud general de las multinacionales en casos así es aplicar la "doctrina del velo societario" (negar su relación con las filiales, autoras directas de los vertidos).
En noviembre último, el propio European Chemical Industry Council (CEFIC) reconoció ante la Comisión Europea que "algunas empresas desplazan actividades contaminantes a firmas subsidiarias descapitalizadas para eludir las consiguientes reclamaciones por daños al medio ambiente".
El consejero José Antonio Maturana confirmó haberse reunido con Sandoz y Boehringer en las últimas semanas y haber sacado una impresión claramente, positiva. "La verdad es que tenemos muchas esperanzas de alcanzar una solución satisfactoria, pero", precisó el consejero autonómico, "no puede decirse que el asunto esté definitivamente solucionada porque falta aún un compromiso formal por su parte. "Les hemos planteado", añadió el consejero, "una solución que liquida definitivamente el problema para el futuro, y la actitud ha sido positiva". Con todo, Urbanismo mantiene abiertos los expedientes.
Fuentes al tanto de las conversaciones indican que las empresas multinacionales se reunirán próximamente entre ellas para decidir, según sus respectivas participaciones en los vertidos, cuáles deben ser sus aportaciones. José Antonio Maturana señaló, eso sí, que su Departamento vretende cerrar el asunto este agosto. "Si la solución llega a torcerse y en el último momento se echan atrás", apuntó, "daremos por cerrado este capítulo de las conversaciones y seguiremos con nuestras denuncias ante la UE y los expedientes. En ningún caso", añadió, "vamos a aceptar que los autores reales de estos vertidos escurran el bulto y eludan su responsabilidad en la tarea de descontaminación".
Según el proyecto, el depósito de seguridad permitiría albergar las tierras contaminadas al menos 30 años. El tratamiento del hexaclociclohesano (HCH) o lindano fue considerado imposible hasta que el pasado año la Agencia Norteamericana del Medio Ambiente y, luego, la empresa pública vasca Ihobe empezaron a descomponerlo en triclorobenceno y sal común, con nueva tecnología. El problema reside en las 185.000 toneladas de suelos afectados.
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