Un avión español se quedará en Ruanda distribuir ayuda humanitaria
El jefe de la diplomacia española, Javier Solana, hizo ayer, ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, un repaso de las ayudas que su Gobierno, está brindando a los refugiados ruandeses y anunció que los vuelos con material humanitario efectuarán cada diez días en aviones Hércules. Un aparato Casa CN-235 español, que puede aterrizar en pistas muy cortas, se quedará en Goma ara distribuir por la zona alimentos y medicinas.
Solana señaló que un avión como el Casa CN-235 es más útil en estos momentos que los vehículos todoterreno. Las necesidades de los refugiados y de la población que ha regresado ya a sus localidades de origen en Ruanda están evaluadas, según las organizaciones no gubernamentales (ONG), en unas 800 toneladas diarias de alimentos. El principal problema, según expuso Solana, es lograr distribuir la ayuda. Unas 40.000 toneladas de alimentos esperan en Kinshasa (Zaire) por falta de medios de transporte que garanticen su llegada a los campos de refugiados. El 8,7% de las ayudas enviadas a los campos de refugiados ruandeses son españolas, según los datos que maneja Exteriores. Solana destacó que el conjunto de la Unión Europea, España es el primer donante en ayudas de todo tipo.
El envío del tercer cargamento fletado por la Agencia Española de Cooperación Internacional, que iba a partir ayer, saldrá finalmente hoy. El fuerte tráfico que soporta el pequeño aeropuerto de Goma (Zaire) está provocando retrasos en los vuelos. En el avión, un Boeing 707, viajarán siete miembros de Médicos del Mundo, cuatro expertos de Farmacéuticos sin Fronteras y dos misioneras de los Corazones de Jesús y María. Se transportan 28 toneladas de carga, entre la que destaca un hospital de campaña bien equipado.
La mayoría de los partidos de oposición aprovecharon la comparecencia del ministro para criticar por su escasez el presupuesto que España dedica a la ayuda humanitaria de emergencia y, en general, a la cooperación con el Tercer Mundo.
El más duro fue el portavoz del Partido Nacionalista Vasco, Joxe Josu González de Txábarri, que, tras escuchar a Solana, lamentó que de su intervención no se derive "ninguna novedad". "¿Cuál es el motivo de su comparecencia?", se preguntó al final antes de sugerir una explicación: "La autocomplacencia".
El menos crítico fue el representante del Partido Popular, Javier Rupérez, que defendió la validez de la intervención del ministro. "Es importante que tenga lugar", recalcó. Elogió además el llamamiento que hizo Solana el 24 de julio para movilizar a la sociedad española. Sólo lamentó que, en contra de lo prometido, la cooperación sólo vaya a suponer en los próximos presupuestos estatales el 0,35% del Producto Interior Bruto. "No sé si llegaremos al 0,35%", contestó Solana, "pero es la voluntad de quien les habla impulsar que se aumente la ayuda".
Narcís Vázquez, portavoz de Izquierda Unida, consideró que el esfuerzo de solidaridad de los ciudadanos prueba que las acciones humanitarias de los Estados "generan desconfianza, mientras que las patrocinadas por las organizaciones no gubernamentales generan confianza".
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