Al estilo jesuliniano
El espíritu táurico de Jesulín de Ubrique, anunciado en el festejo y al que no pudo acudir por una pequeña lesión sufrida el viernes en La Línea de la Concepción, planeó sobre el coso abulense, donde se impuso su estilo populachero. Mayormente en su sustituto, David Luguillano, quien intenta caminar por la fiesta con catadura de artista, ajena y contraria al de Ubrique, pero se transmutó en su pésimo imitador.Menormente en Manolo Sánchez, otro diestro de formas ortodoxas, que ayer echó por la populista calle de enmedio en busca de pelúas facilongas, paralelas a la condición y la respuesta de los parroquianos.
Luguillano fue deudo de Jesulín incluso en las eternas vueltas al ruedo que recorría al eco caliente del público, devolviéndole una a una y con lentitud tantísimas prendas y cientos de objetos como le arrojaban, siempre el torero con la sonrisa profidén sobre su tez morena como la endrina. Antes, lidió con atropellamiento y aturullo a dos inocentes bichos colaboradores, con los que se retorció en posturas cañís, con demasiado espejo y escasísima torería. Hasta se permitió algún desplante e histriónicas giraldillas mirando al cotarro.
Cardenilla / Palomo, Luguillano, Sánchez
Toros de La Cardenilla, bien presentados, mansotes, manejables y flojos; varios sospechosos de pitones. Palomo Linares: dos pinchazos sin soltar y estocada tendida atravesada (ovación); estocada trasera y desprendida (silencio). Luguillano: pinchazo y media (vuelta por su cuenta); bajonazo (oreja). Manolo Sánchez: estocada desprendida y dos descabellos (oreja); pinchazo saliendo perseguido y estocada (ovación).Plaza de Ávila, 23 de julio. Primera de feria. Un tercio de entrada.
Otra dadivosa, y populachera pelúa echó en su escriño Manolo Sánchez ante el tercero, el más sospechoso de cuerna, con el que comenzó clásico y olé. Pero, en vista de la poca repercusión de su estilo, acabó con vueltas y revueltas entre los costillares e incluso desplantes, pendulazos y zapatillazos. El sexto le desbordó, limitándose el vallisoletano a aplicar lo mismo por todo el anillo.
Palomo, inasequible al desaliento, no engañó a nadie. Fiel a su estilo de bizarra entrega, aplicó mantafinas y culerinas. Mas fue el único que se permitió el loable lujo de intentar el natural, milagro que aconteció en el que abrió plaza. No le gustó el cuarto y alivió con habilidad y astuta veteranía, pues ya se sabe que dos no se pelean si uno no quiere.
Santander
En novillada inaugural de la feria de Santiago, en Santander, reses de Hermanos Sampedro. Javier Conde, oreja en cada uno; José Antonio Canales Rivera, ovación y vuelta; Diego Rueda, silencio y vuelta.
El Cordobés, cogido el viernes en La Línea con pérdida de visión en un ojo, se recuperaba ayer en Sevilla y declaraba querer dormir "a ver si pego el otro Ojo", informa Efe.
Babelia
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