Noruega endurece su ley contra los defensores de ballenas

El Gobierno noruego aprobó el pasado viernes una modificación legal que otorga a la Policía Marítima mayores posibilidades para luchar contra las acciones de los grupos ecologistas que intentan impedir la caza de la ballena.

La modificación cita expresamente a las ballenas y a las focas, y castiga con multa o prisión de hasta seis meses a quienes intenten perturbar la pesca.

La celeridad con que el Gobierno noruego ha procedido a dotarse de instrumentos jurídicos para enfrentar el problema da una idea de su gravedad. La semana pasada hubo enfrentamientos de cierta violencia entre balleneros y tripulantes del Sirius, de Greenpeace, algunos de cuyos miembros fueron detenidos, interrogados y posteriormente liberados al no encontrarse razones jurídicas suficientes para prolongar su detención. El propio Sirius fue retenido y trasladado al puerto de Egersund y posteriormente devuelto.

La ley modificada data de 1983 y está referida a todo lo concerniente a la pesca incluidas las penalidades para eventuales infracciones y según el ministro de Pesca, Jan Henry T. Olsen, se ha mostrado insuficiente para enfrentar la situación planteada por los grupos ecologistas. Greenpeace han sido hasta ahora cuidadosa en mantener sus acciones dentro de la ley.

Otra organización que ha actuado contra los balleneros es Sea Shepherd, dirigida por el canadiense Paul Watson, con base en California: sus métodos han sido calificados de "sabotaje lindante con el terrorismo" por Noruega a raíz de que, a principios de año, se intentara hundir el pesquero Senet en el puerto de Fredriksstad. Sea Shepherd ha hundido o dañado a 11 balleneros.