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Graves enfrentamientos en la 'guerra del bonito' al ser abordado un barco español por pesqueros franceses

La costera de los túnidos se convirtió ayer de nuevo en la batalla del bonito y puso en pie de guerra a la flota atunera española. La decisión de los pescadores del Cantábrico de cortar las redes ilegales de los barcos franceses fue respondida con lanzamientos de bengalas y el abordaje del pesquero guipuzcoano San Nicolás por una embarcación gala ante la pasividad de las patrulleras francesas, a unos 600 kilómetros al norte de Galicia. Varios arrantzales cayeron al mar y resultaron con diversas heridas. La Armada española envió dos barcos de apoyo a los pesqueros. A última hora de la tarde, lo pesqueros franceses se retiraron a sus puertos.[La versión difundida en la tarde de ayer desde París por AFP decía que Le Gabriel, uno de los dos barcos franceses atacados por pesqueros españoles, se estaba hundiendo. La reacción del Gobierno francés fue pedir a los barcos españoles que "de inmediato cesen las agresiones, que son inadmisibles", según un comunicado del Ministerio de Agricultura y Pesca, que dirige Jean Puech.

El secretario general de Pesca español, José Loira, solicitó a la flota española que se abstuviera de "cualquier actuación violenta". También informó que los ministros de los dos países se han puesto en contacto y han acordado reunirse en Bruselas mañana lunes para tratar el asunto.

Corte de redes ilegales

Mientras, el presidente de la Cofradía de Pescadores de Fuenterrabía, Esteban Olaizola, indicó que se "han agotado todas la vías diplomáticas" y amenazó con cortar todas las redes ilegales del país vecino ante el incumplimiento de las resoluciones de la Unión Europea en materia de artes de pesca. La UE ha prohibido recientemente el uso de redes de volantas con una longitud superior a 2,5 kilómetros.

El incidente del abordaje del pesquero San Nicolás con base en Orio (Guipúzcoa) fue la contundente respuesta de los marineros galos por el corte de las mallas ilegales durante la madrugada de ayer. Los barcos gallegos y vascos inutilizaron las redes de más de 2,5 kilómetros de longitud ante el incumplimiento de la legislación comunitaria por parte de los pesqueros franceses.

La reacción de los galos no se hizo esperar y sobre el mediodía de ayer abordaron el barco guipuzcoano y tiraron al mar a varios marineros, produciéndoles diversas heridas, según los pescadores españoles. "Un barco nuestro ha sido abordado por un pesquero francés. Las cosas se están enfureciendo y no sé que es lo que puede ocurrir", así de explícito fue ayer Esteban Olaizola.

Ni los barcos enviados por los gobiernos autónomos de Galicia y Euskadi, ni las patrulleras francesas, ni la legalidad comunitaria han impedido el rebrote de la denominada guerra del bonito. Los pescadores españoles han dado por cerrada cualquier solución diplomática al asunto y amenazan con seguir cortando, las redes iegales. "Esto no se puede permitir. Más de 300 barcos continuaban ayer en ' alta mar en un ambiente de tensión evidente. En una pugna abierta los pesqueros españoles llevan las de perder al ser mucho más peque ños y tener unos cascos más débiles", señaló.

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