El Gobierno contrata una firma de inversiones para el concurso de telefonía móvil

La sociedad de asesoramiento de inversiones Lehman Brothers, que es la empresa seleccionada por la Secretaría General de Comunicaciones para asesorar en la concesión de licencias de telefonía móvil, ha firmado con la Administración un contrato hasta finales del próximo mes de noviembre. Esa es la fecha prevista para adjudicar una de las dos licencias en juego para prestar el servicio de comunicación móvil en la modalidad de telefonía digital paneuropea (GSM).

Con ello se avanza un paso más en el calendario para la liberalización de la telefonía móvil, desde que el pasado día 1 el Consejo de Ministros aprobó el reglamento para la prestación de dicho servicio, cuyo texto publicó ayer el Boletín Oficial del Estado. En lo que queda de mes se promulgarán las bases del concurso y la convocatoria del mismo, según fuentes del Ministerio de Obras Públicas.

Claudio Boada Pallerés, de 41 años, consejero delegado de la filial en España de Lehman Brothers, entiende que este asunto de la telefonía móvil tiene que ser "por fuerza" importante, "aunque sólo sea por las empresas que han anunciado que se van a presentar a la licencia". La entidad que él dirige, filial del banco de inversiones Lehman Brothers International, con sede en Nueva York, tiene una amplia experiencia en materia de asesoría en telecomunicaciones.

La Secretaría General de Comunicaciones eligió a Lehman Brothers tras analizar las 10 ofertas que se presentaron al concurso público correspondiente. Las otras nueve correspondían a Price Waterhouse, GBS Finanzas, Banque Paribas, Barclays de Zoete Wedd S.A, Arthur D. Little, Ab Asesores Bursátiles, Nera, Deloitte & Touche y Citybank.

Plazo para Telefónica

El reglamento publicado ayer concede a la Compañía Telefónica un plazo de 45 días para gestionar el título que le permitirá prestar igualmente el servicio de telefonía móvil automática, en tecnología GSM.Telefónica habrá de llevar para ello una contabilidad separada, que permita una plena identificación de los ingresos y gastos que correspondan a la gestión del servicio GSM; o bien constituir una empresa filial, en la que Telefónica habrá de tener, por lo menos, la mayoría del capital.