La CEI saldrá fortalecida con el triunfo de Kuchma en Ucrania
La elección de Leonid Kuchma como nuevo presidente de Ucrania puede traducirse en un fortalecimiento de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), la organización que surgió al desintegrarse la URSS hace dos años y medio y a la que Kiev, de hecho, siempre boicoteó por considerarla un instrumento de divorcio más que una estructura que pudiera llevar a procesos de integración similares a los que se dan en Europa.Reintegración. Ésta es la palabra que está en boca de todos los analistas después del triunfo de Kuchma sobre Leonid Kravchuk, uno de los firmantes de los acuerdos de Minsk que pusieron fin a la URSS en diciembre de 1991. Kuchma, que durante casi un año fue primer ministro, centró su campaña electoral en la necesidad de restablecer los vínculos económicos con las repúblicas de la CEI y particularmente con Rusia.
Si Kuchma cumple lo prometido durante la campaña, la CEI no sólo podrá comenzar a transformarse, por fin, en un auténtico mercado común sin barreras aduaneras en el que las mercancías circulen libremente, sino que incluso se podrán crear las estructuras políticas supranacionales que desean algunos miembros de la Comunidad.
Kravchuk, el antecesor de Kuchma, veía a la CEI como una institución que permitía encauzar el proceso de división de los bienes heredados de la URSS, pero a la hora de firmar acuerdos de integración siempre se escurría o planteaba modificaciones que los hacían inútiles.
Gorbachov y Zhirinovski
Esta nueva política reintegradora que seguramente comenzará con Kuchma ha sido resaltada en Rusia. El ex presidente soviético Mijaíl Gorbachov señaló que el triunfo de Kuchma y el de Alexandr Lukasheriko en Bielorrusia testimonian "la aspiración de los pueblos a unirse", y el ultranacionalista Vladímir Zhirinovski pronosticó que éste es un signo de que en el futuro "las repúblicas eslavas tendrán una frontera común".Sin embargo, Kuchma no ve el proceso de reintegración como una claudicación ante Rusia, sino, por el contrario, como una forma de defender los intereses de Ucrania.
La pésima situación económica que vive el país no será el único problema que deberá resolver Kuchma. Las relaciones con el actual Gobierno, nombrado por Kravchuk, y con el legislativo dominado por comunistas y socialistas, junto a la división entre las zonas occidentales (nacionalistas) y las orientales (rusohablantes) de Ucrania, serán fuentes de conflicto.
Así como el debate sobre el cierra la central nuclear de Chernóbil. Precisamente ayer, el máximo responsable de la energía atómica en Ucrania rechazó por insuficiente la reciente oferta de los siete países más industrializados del mundo (G-7) de contribuir con 200 millones de dólares al cierre de la central.
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