Llamamiento de Mandela ante la OUA para reconstruir África

La entrada de Nelson Mandela en el gran salón dorado del Palacio de Congresos de Túnez puso ayer en pie a los otros 46 jefes de Estado que han convertido a la 30a reunión de la Organización para la Unidad Africana (OUA) en la más encumbrada de su historia. Nunca antes se había dado cita tal cantidad de máximos dirigentes del continente más maltratado, que apenas representa un 1% del comercio mundial. Mandela celebró el ingreso de Suráfrica en la OUA con un llamamiento a sacudirse los escombros de la colonización y a reconstruir el continente. Como el resto de los oradores, tuvo palabras para Ruanda, aunque nadie se atrevió a poner en cuestión el sacrosanto derecho de injerencia en los asuntos internos.El presidente tunecino, Zin el Abidin Ben Alí, ha sabido sacar buen partido de la presencia, por primera vez en el seno de la OUA, del flamante presidente surafricano y del retorno de su país al seno del continente tras despojarse del baldón del apartheid.

Tras un discurso en el que aprovechó para resaltar los logros democratizadores y sociales de su régimen (aunque la presencia de la oposición en el Parlamento tunecino se reduce a un contingente simbólico), Ben Alí exhortó a los ruandeses a que se dejaran de matar entre ellos y expresó con buenas palabras sus buenos deseos de que el comité de prevención de conflictos, creado en la cumbre anterior, cumpla su cometido.

Mandela no sólo puso en pie a toda la sala cuando hizo su entrada, sino que supo despertar tanto esperanzas como desconfianza con sus palabras. Si bien todos aplaudieron cuando reveló que Suráfrica había puesto al día su contribución al organismo (que tiene un déficit acumulado de 65 millones de dólares) y entregado unos 40 millones de pesetas para el fondo de la paz de la OUA, los aplausos fueron bastante más tibios al final de su intervención: alguno de los dictadores presentes, como el zaireño, Mobutu Sese Seko, acaso sintió la inquietud de ver cómo Mandela adquiría la envergadura de un líder africano. Tras recordar a quienes han impreso su huella en la historia del continente, desde Mohamed V a Agostino Neto, pasando por Nasser, Lumumba y Amílcar Cabral, Mandela animó a los africanos a iniciar su renacimiento.

"Si África no es capaz de poner fin a la matanza de inocentes en Ruanda, daremos razones a los que aseguran que África nunca conocerá la paz y el desarrollo. En nuestras manos está la responsabilidad de restaurar la dignidad del continente y lograr su emancipación total", señaló el presidente surafricano, que ha rechazado las ofertas de convertirse en presidente de la OUA, ya que antes debe "arreglar los problemas de casa".

El otro gran discurso de la sesión inaugural lo pronunció el líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasir Arafat, que acusó a Israel de seguir torpedeando la normalización de la autonomía pactada para Gaza y Jericó. Arafat pidió a la cumbre de la OUA seguir formando parte de la organización, petición que fue recogida calurosamente por el presidente de Egipto, Hosni Mubarak, que dirigió las sesiones hasta que traspasó el mazo al anfritrión, el presidente Ben Alí.