"Señor poeta Rafael Alberti"

El último libro sobre Rafael Alberti, El mar de Rafael Alberti, está escrito con frases así: "Cerido Rafael, soy un niño de primero y me-gustan mucho tus poesías pero ¿Cuántos años tiene tu perra?".Los autores, los chicos del colegio público Nuestra Señora de la Almudena, de 4 a 11 años, no sólo se han encargado de los textos; también han elaborado las ilustraciones, llenas de barcos de velas triangulares, de peces de perfil, de playas -muchas, con colchonetas y pelotones de goma- y de Albertis jovencitos con gorra y cara de monigote.En total son casi 300 páginas de un homenaje que empezó en enero -entonces los niños (y sus profesores) llenaron los pasillos y las escaleras del colegio con adornos de motivos marinos- y terminó ayer en el centro cultural Casa de Vacas, en el Retiro. Allí, los niños, vestidos de marineritos (como algunas de sus profesoras), escenificaron poemas del autor gaditano.

El libro, del que sólo existen dos copias, una en manos de Alberti y otra en las de la directora del colegio, ha encantado al poeta, que, aunque no ha podido asistir al homenaje debido a su estado de salud, ha llamado al colegio varias veces, ha mandado una cinta con poemas y ha enviado un dibujo original para agradecer las frases y las ilustraciones de los que, seguramente, son sus admiradores más jóvenes.

Durante estos últimos meses en el colegio se ha aprovechado la Geografia para hablar del Puerto de Santa María, en Cádiz (lugar de nacimiento de Alberti), el Len guaje para comentar poemas marineros o el Dibujo para practicar con el rostro del poeta. Lo que más interesa a los niños, a juzgar por sus textos, son ciertos capítu los de la biografía del escritor: cuando abandona a su perra Centella, por tener que venir a Madrid, o cuando jugaba con su hermana en la playa.

Entre las cartas se encuentra de todo. Hay quien irrumpe preguntando desde la primera línea: "Querido Rafael: quisiera hacerte unas preguntas: ¿por qué Centella se puso enferma de los ojos?". Después prosigue: "Y también tienes mucha suerte porque duras mucho a tu edad. ¿Por qué duras tanto? Sé que te gustó primero ser marinero, luego torero y después pintor. ¿Por qué te gustaron tantos trabajos? ¿Por qué tuviste tantos perros?", termina el escrito de Andrea García Laguna, estudiante de segundo curso, de siete años."Querido Rafael, estamos aprendiendo de ti que no te gustaba el cole", escribe otro de los niños. Álvaro González, de siete años, prefiere contarle al poeta lo que hace y alguno de sus proyectos para el futuro: "Querido Rafael: ¿qué tipo de raza era Centella? Tengo ocho años, soy cinturón amarillo-naranja de judo, pero espero que dentro de unos meses me cambien a naranja". Se despide con una pregunta digna de una obra surrealista: "¿Tú qué eres, padre, abuelo o bisabuelo?". "Querido Alberti" cuenta otro, "me gustan tus poesías del mar, y yo soy uno de los más traviesos de la clase, y Diego siempre se copia de mí; tengo siete años, adiós".

Hay quien ha desarrollado ya, a los 11 años, cierto regusto pelotillero en el lenguaje: "Me alegro de poder escribir estas insignificantes y pobres líneas a tan grande genio". Pero otros, más seguros de su posición en el mundo, sin complejos y sin más ni más, afirman: "Hay que reconocer que eres un gran poeta".

También es poeta Jaime A. Medina, de quinto curso, que remata así su carta al único integrante de la generación del 27 que aún continúa vivo: "Te veo con camiseta de rayas, de avezado marinero, remontando el Manzanares, camino de mi colegio".