Corazoncito caliente del rodeo
La cantante country más popular en España comenzó en Vitoria su gira europea. No empezó mal. Ante un público previamente entregado a la cálida voz de la sureña (Birmingham, Alabama, 1947), Emmylou Harris se mostró en todo su esplendor, haciendo gala de sus grandes posibilidades técnicas, tanto para las baladas como para el country-rock o el blues blanco más puro. El concierto estuvo dividido en cuatro partes bien diferenciadas y que fueron acentuando el delirio de la concurrencia que llenaba el Mendizorroza.La primera parte, con Roses in the snow como apertura, gracias a un interesante dúo con Carl Jackson, abrió la caja de los recuerdos; esto es, una selección de los viejos éxitos de Eminylou, en la que no pudieron faltar Hello stranger, Amarillo o Poncho y lefty. Todas las versiones convenientemente remozadas con un sonido bastante duro y estupendamente marchoso de los Nash. En esta primera parte, Harris todavía tuvo tiempo para rendir un homenaje al rey del bluegrass, Bill Monroe, y a "demostrar", con Blue Kentucky girl, "cómo se canta blues en Kentucky".
Emmylou Harris & The Nash Ramblers
Emmylou Harris (voz y guitarra), Carl Jackson (guitarra), Al Perkins (dobro), Sam Bush (violín), Mark W. Winchester (bajo), Larry Atamaunik (batería). 1.500 pesetas. Polideportivo Mendizorroza. Vitoria, 28 de mayo.
Alta temperatura
La segunda parte estuvo centrada en los trabajos aportados por su álbum de 1992. Cuando, con una voz cada vez más unida a la banda y al público, comenzó a desgranar las primeras estrofas de Guitar town, la temperatura subió -bastantes grados. A ello contribuyó notablemente el acompanamiento de los Nash (a resaltar el virtuosismo de Al Perkins al dobro), que encandiló al público más joven.La tercera parte estuvo dedicada a la promoción de su último album, Cowgirl's prayer, aún no publicado en España, y que ella misma ha definido como un album más cercano al folk que al country, lo cual no le ha impedido situarse en buenos lugares dentro de Ias listas de éxito de la música campera en Estados Unidos.
Pero Emmylou vio claramente que los más jóvenes estaban por, la juerga típica de un sábado noche y no tuvo ningún reparo en modificar su estrategia en la cuarta y última parte. Comenzó por dejar a la banda que siguiera los pasos de Vassar Clements con improvisaciones del estilo de jazz-country, primero, y luego lanzándose por la vía del rhythm and blues. Todo ello para llegar a un final totalmente espontáneo en el que no faltóun recuerdo a Patsy Cline y a las peticiones de los espectadores.
En definitiva, Emmylou Harris ha demostrado que mantiene todas las virtudes musicales que le han convertido a lo largo de estos años en la Sweetheart of the rodeo (Corazoncito caliente del rodeo).
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