Romeo y Julieta en Yugoslavia

Si hubiese que premiar a las películas más extrañas estrenadas en los últimos tiempos, sin duda se llevaría la máxima recompensa Una historia de 6oacia. Tanto por ser una producción rodada a comienzos de los años noventa en Yugoslavia, cuando todavía existía el país como tal y no había comenzado la guerra que lo ha destruido, cómo por la compleja acumulación de elementos que se dan cita en esta historia.La base narrativa sobre la que se apoya la estructura de la película son los amores entre Ivan, un niño Católico fascinado por el rock and roll, cuyo padre debe ir a trabajar a la República Federal Alemana para ganarse la vida, y Marina, la hija atea de un alto funcionario de la policía comunista de Tito, responsable directo de la muerte del demócrata hermano mayor de Ivan.

Está dividida en tres partes claramente diferenciadas. Un prólogo ambientado en Dalmacia y fechado en 1971, donde se expone la situación opresiva que vive el país bajo el mandato del mariscal Tito. Una parte central, situada en Zagreb en 1980, que narra los prohibidos amores entre los dos niños protagonistas, mientras se produce la muerte de Tito. Y un epílogo desarrollado en 1990 en Zagreb, donde los jóvenes consiguen casarse a pesar de la oposición familiar, y sus respectivas familias intentan superar sus respectivos odios.

Si Una historia de Croacia sólo fuese esto, sería una nueva versión de Romeo y Julieta con final feliz, donde los Capuletos y los Montescos se han convertido en titistas y católicos, irregularmente dirigida por el muy poco conocido Hasta Papic, pero incluye mucho más hasta llegar a crear una confusa mescolanza. Elementos de melodrama, con la madre muriendo de golpe en el entierro de su hijo, de comedia, con el hijo buscándole una novia a su padre viudo, y sobre todo de musical, en cuanto el niño protagonista, una especie de Joselito yugoslavo en sus mejores tiempos, no para de cantar rock and roll y sólo sueña con emigrar a Estados Unidos para convertirse en un famoso rockero. De forma que el resultado es una confusa mezcolanza de dificil denominación, cuyo único posible atractivo es el propio caos que encierra.