Unicef pide al Gobierno medidas fiscales "inteligentes" de apoyo al núcleo familiar
La familia no está en crisis en España. Ésta es la conclusión de los representantes del Gobierno y más de 40 organizaciones que han participado en Madrid en un simposio organizado por Unicef con motivo de la celebración hoy, del día internacional de la Familia. Una política fiscal inteligente y medidas que faciliten el acceso de los jóvenes a la vivienda, son para estos grupos las principales medidas a adoptar en apoyo de lo que la ONU ha definido como la democracia más pequeña en el corazón de la sociedad.
Los datos sobre el pavoroso descenso de la natalidad española en los últimos años, un 1,2 frente al 1,4 de la media europea, parecen hablar en contra de la institución familiar. Junto a ello, organizaciones como Cáritas apuntan a que la actual crisis, que cuenta ya con 36.500 familias sin ingresos sólo en Madrid, ha revalorizado el papel social de la familia que ha funcionado como un "eficaz colchón de amortiguamiento del paro y la droga".Leopoldo Rodes Castañé, presidente de la Asociación de Empresas Familiares (AEF) apunta a que el poder de la institución familiar es evidente en el propio tejido económico del país. "Las empresas familiares aportan el 60% del empleo español y suman el 20% de las principales mil empresas de nuestro país", dice.
Los estudios sociológicos también apuntan a una tendencia optimista para la familia. "Padres e hijos, si hemos de atenernos a los resultados de las investigaciones, han pasado desde la confrontación en los años setenta, a la coexistencia en los ochenta que, a su vez, ha dado paso en nuestros días, a una convivencia cada vez menos problemática", dice Rosa María Escapa Garrachón, directora general del Instituco de la Juventud. Según Escapa, esta circunstancia ha propiciado la honda modificación en los vínculos de autoridad entre padres e hijos y con ello, de la institución familiar "que ha visto como en su interior se instalaban la tolerancia y el respeto en las relaciones entre sus miembros, alterando el modelo de jerarquía paternofilial que caracterizaba a las familias tradicionales".
Los datos del Informe Juventud en España elaborado en 1992 apoyan este punto de vista: son las dificultades de acceso al trabajo y la vivienda las que retardan la salida de casa de los jóvenes y el establecimiento de nuevas parejas. También inciden las aspiraciones de la mujer a una actividad profesional.
"Mientras la maternidad sea calificada legalmente, como ocurre ahora en España, como una enfermedad transitoria y no como un hecho positivo para ella y la sociedad, es lógico que la mujer no tenga ninguna intención de estar enferma o haga lo posible para retrasar la experiencia", dice Joaquima Alemany i Roca, vicepresidente de I'Institut Catalá de la Dona.
"La incorporación al trabajo de más de un millón de mujeres entre 1984 y 1992, da lugar a una reestructuración de la vida social y de las organizaciones de las familias", dice Marina Subirats socióloga y directora del Instituto de la Mujer en Madrid. En su opinión, "estos cambios tendrán que ser asumidos por los poderes públicos en el sentido de ofrecer más servicios sociales como son el cuidado de los hijos en guarderías, adecuación de los horarios de trabajo a los escolares y ampliando ciertos funcionamientos del mercado de trabajo". "Se dice que la familia está en crisis y que, en treinta años, los españoles vivirán solos pero la realidad es que, el hecho de ser madre, tal como están las cosas, supone una carga para la mujer que se encuentra enfrentada ante la necesidad de tener que elegir entre su avance profesional y la postergación de la maternidad", dice Subirats al subrayar que una posible solución, es el reparto igualitario entre miembros de una pareja de las horas dedicadas a las actividades remuneradas y las destinadas a todo lo referente al hogar.
El sentimiento de que el matrimonio aporta unas presiones a las mujeres que empeoran su nivel de vida y de salud es, según el profesor de sociología en la Universidad de Madrid, Enrique Gil Calvo, un factor que podría llevar a la sociedad española a seguir los pasos de Suecia donde, tras una, caída de la natalidad justo en los años en que España experimentaba un florido baby boom, ha quintuplicado sus nacimientos pero con una peculiaridad: 52 de cada 100 niños que nacen en ese país lo hacen al. margen de situaciones matrimoniales.
