Clinton protesta contra Singapur por ordenar el azote de un joven de EE UU
El presidente Bill Clinton protestó oficialmente, y Estados Unidos retiró ayer temporalmente a su embajador en Singapur y anunció otras medidas de represalia contra ese país, por haber castigado de forma que aquí se considera brutal a un muchacho norteamericano acusado de gamberrismo.
El caso del joven que ayer recibió cuatro bastonazos en el trasero ha concentrado durante varias semanas la atención de la opinión pública de este país, que, de forma mayoritaria, considera que el chico se lo tenía bien empleado y que castigos así son los que hacen falta en este país.
"Creo que ha sido un error, no sólo por la naturaleza extrema del castigo en relación con el delito, sino por las dudas que existen acerca de que el joven se haya declarado culpable en contra de su voluntad", dijo Clinton.
El Gobierno de Singapur, famoso por los drásticos medios con los que impone el orden en sus calles, decidió aplicar las estrictas leyes de su país, desafiando incluso la voluntad del presidente norteamericano, que había pedido personalmente clemencia para Michael Fay.
La intervención de Clinton sólo sirvió para que el castigo se redujera de seis a cuatro bastonazos. De esta manera, las autoridades de Singapur castigaron a Fay, de 18 años de edad, por haber hecho pintadas en varios coches particulares en una noche de juerga.
Herencia británica
De acuerdo a la tradición de Singapur, para ser más exactos a la costumbre impuesta por los colonos británicos, ese tipo de delitos está castigado con un determinado número de azotes con cañas muy flexibles que previamente se humedecen para que su efecto sea mayor. Los verdugos son expertos en artes marciales y saben aplicar el castigo de forma que dejan huella en la víctima de por vida.En los muchos reportajes que la televisión norteamericana ha emitido en las últimas semanas sobre el asunto se ha explicado que los bastonazos son extremadamente dolorosos, provocan una fuerte hemorragia y dejan a la víctima inconsciente durante largo tiempo.
Las autoridades de Singapur informaron después de ejecutar la sentencia contra Fay, a quien se condenó sin juicio previo, que el muchacho ha sido atendido por un médico y se encuentra en buenas condiciones físicas. Los padres, sin embargo, no creen la versión oficial y piden ver a su hijo, que estará en prisión hasta el mes próximo. La madre vive en Singapur con su segundo marido, un ciudadano de ese país asiático. El joven estaba pasando una temporada con su madre.
Por otro lado, una norteamericana recibió 80 latigazos en Irán por conducta inmoral y "contraria al islam". Mary Jones, de 35 años, fue expulsada del país, según informaba ayer el diario iraní Kayhan. Las autoridades norteamericanas indicaron ayer que están investigando el caso.
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