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La creciente inestabilidad política provoca la desconfianza exterior y una nueva caída en Bolsa

Javier Moreno

Tras la frenética jornada de ayer, los inversores extranjeros miran a España de forma diferente. La cascada de casos de corrupción y su innegable impacto en el Gobierno han llevado al capital extranjero a exigir una sobreprima por invertir en una España que ve disminuir su credibilidad internacional. La Bolsa y el mercado de deuda están en primera línea de fuego. En un ambiente cargado de malos presagios, la Bolsa de Madrid perdió ayer 5,78 puntos de nuevo (1,82%). La deuda se desplomó. Dos importantes agencias de calificación financiera, Moody's y Standard and Poor's, desmintieron que estén estudiando rebajar el rating del Reino de España, pero siguen con preocupación el impacto de la crisis política en los mercados españoles.

"En cualquier momento puede pasar cualquier cosa [respecto a la calificación del Reino de España]", según las fuentes consultadas en una de las agencias importantes. Una eventual rebaja de la calificación internacional de España supondría un importante retroceso en la confianza lograda por el país en los últimos meses y vendría a añadirse peligrosamente a la actual situación de deterioro."La gran preocupación ahora es saber, hasta dónde y cual es la profundidad de la inestabilidad política que se ha desatado", según estas fuentes. Todas estas declaraciones se realizaron antes de que trascendiesen las dimisiones del ministro de Agricultura, Vicente Albero; del portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, Carlos Solchaga; y de los diputados del PSOE y ex ministros José Barrionuevo y José Luis Corcuera; a lo que habría que añadir posteriormente la detención del ex gobernador del Banco de España Mariano Rubio.

Los efectos de una rebaja de la calificación internacional de España sobre el mercado de deuda, sobre la Bolsa -o sobre la imagen de las entidades financieras españolas en el exterior- serían inmediatos y muy negativos, según los expertos consultados.

Los mercados financieros, mientras tanto, ya han comenzado a notar el debilitamiento de la credibilidad de España en el exterior. La deuda española, que mantenía la semana un diferencial de rentabilidad con la alemana de unos 2,7 puntos porcentuales, ha visto abrirse una brecha en pocos días.

Los inversores exigían y obtenían ayer más de 3,1 puntos respecto al mercado alemán de bonos. "Los mercados internacionales descuentan ya este deterioro y exigen una prima", según Enrique Martín, de Analistas Financieros Internacionales.

Cuantificar la repercusión económica de esta crisis política en la Bolsa y la deuda pública es todavía prematuro, pero los analistas y operadores consultados coinciden en señalar que los signos del impacto se multiplican: retirada de capitales, aumento de la prima exigida para invertir en España, y frenazo de la entrada de inversión extranjera.

Por segundo día consecutivo, la Bolsa de Madrid -aproximadamente el 90% del negocio bursátil español- sufrió cuantiosas pérdidas, a pesar de haber cerrado antes de conocerse la cadena de dimisiones y detenciones que sacudió de raíz el panorama político español. El índice bursátil madrileño llegó a perder 7,49 puntos y a rozar el mínimo del año.

Cinco minutos antes del cierre, sin embargo, la entrada masiva de dinero, en una típica operación de maquillaje, logró que el índice acabase bajando sólo 5,78 puntos, para cerrar en el 311,57%.

La política económica

El día anterior, la Bolsa de Madrid ya había descendido 7,87 puntos, la tercera caída del año en importancia. En Barcelona, el índice bursátil también bajó ayer 5,26 puntos, para cerrar en el 258,04%.

"La debilidad de los mercados no se explica por casos de corrupción concretos, sino por lo que puede haber detrás: más inestabilidad, retrasos y complicaciones en la política económica del Gobierno", según Antonio Pulido, de FG Inversiones.

La deuda pública a largo plazo sufrió un nuevo descalabro. Las obligaciones a 15 años cayeron un espectacular 1,84%. Contando con estas dos caídas consecutivas, estos títulos han perdido un 11% en lo que va de año. Las obligaciones a 10 años perdieron un 1,5% de su valor. "Está claro que el mercado de bonos cae mucho más aquí que en Alemania, y esto sólo se puede atribuir a la situación política", según Pulido.

La peseta, que hasta ahora había aprovechado la debilidad del dólar para mantenerse, se vio ayer arrastrada por la vorágine. La divisa española cotizaba a última hora de ayer a 82,45 pesetas por marco, cuando el cambio base del martes fue de 81,88.

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