Prioridad para el PSOE
La sanidad siempre ha sido "una prioridad" en boca de los representantes del partido socialista y del Gobierno. Felipe González hizo de ello bandera en las últimas elecciones de junio de 1993, como un pilar fundamental de la sociedad democrática.Entre las promesas electorales figuraban la reducción "relevante de los tiempos de espera" -para diagnóstico se establece como máximo dos semanas-; la flexibilización de horarios y días de atención a los pacientes; la extensión de la cita telefónica a las consultas especializadas; la aprobación de una ley de ordenación profesional y la incentivación de los sanitarios; la publicación anual de los indicadores de calidad de los centros sanitarios públicos, además de la libre elección de médico general, pediatra, ginecólogo y especialista. Todo está por cumplirse, a excepción de la elección de médico general y pediatra.
Una vez ganadas las elecciones, el presupuesto que obtuvo la titular de Sanidad creció un 6,5% respecto al de 1993, el incremento más bajo de los últimos años. Los 2,8 billones presupuestados para 1994 en la práctica sólo suponen 1.000 millones más que el gasto real de 1993.
El documento resultante, del 33º congreso del PSOE celebrado el pasado mes de marzo también reconoce en un capítulo específico la importancia de la sanidad. Textualmente dice: "Los socialistas hemos realizado una apuesta por el sector sanitario, al considerarlo uno de los sectores que puede mejorar la competitividad de la economía y que puede generar empleo y riqueza en el país".
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