La corrupción amenaza la recuperación económica
La incipiente recuperación de la economía española está amenazada. La inestabilidad política generada por los casos de corrupción puede llevarse por delante un clima de confianza todavía demasiado débil. El ministro de Economía, Pedro Solbes, pidió ayer a los inversores extranjeros que "esta espuma" no les impida ver la realidad del país, "que es francamente buena". No obstante, dijo que la situación política debe aclararse para que la recuperación económica sea una realidad. El secretario general de Empleo, Marcos Peña, advirtió que el mercado de trabajo "es muy sensible" a este tipo de acontecimientos y añadió que "lo más ruin sería que toda esta situación consiguiera neutralizar la recuperación".
La preocupación se palpaba ayer en los ambientes económicos. Los mercados de valores y financieros fueron los primeros en dar la señal de alarma. Pero el temor es más profundo, ya que la inestabilidad política puede barrer la incipiente recuperación de la economía española. Así lo reconocieron ayer fuentes del Ministerio de Economía consultadas. Todo depende, en su opinión, de la duración de la crisis. Hay colchón para aguantar unas semanas de inestabilidad política, pero si la crisis dura mucho más puede tener efectos debastadores.La imagen de España ante el exterior es una de las inquietudes de las autoridades económicas. Por ello, el ministro Pedro Solbes pidió ayer a los inversores extranjeros "que no analicen la situación a través de esta espuma [la corrupción] que está ocultando la situación de la economía española que es francamente buena". Aseguró que "la estabilidad política está garantizada" y dijo estar convencido de que "en las próximas semanas veremos todo esto como una tormenta, sin duda importante y grave; pero enderezaremos la situación".
No obstante, durante la presentación ayer del Anuario de Economía y Finanzas de El PAÍS / 1994, el ministro reconoció que "debe clarificarse la situación política para que la recuperación económica sea una realidad.
El secretario general de Empleo, Marcos Peña, reiteró su objetivo de que este año se neutralice la destrucción de empleo. Pero la condición es, en su opinión, que vuelva la tranquilidad. Advirtió que el mercado de trabajo "es muy sensible" a la inestabilidad política. "Lo más ruin", dijo, "sería que todos estos acontecimientos consiguieran neutralizar la recuperación económica; espero que no, porque ésta es firme".Todos en el mismo sacoPeña no ocultó "la rabia" que le produce la situación porque la todos nos meten en el mismo saco". También, "la indignación y una enorme confusión que a veces nos impide transmitir las respuestas adecuadas". La verdad, dijo, es que la situación creada "se nos escapa, porque no te lo acabas de creer". Se ha hecho, en su opinión, "lo que se podía hacer, pero tenemos que hacer más". El problema de la corrupción no es de ahora y "porque flagelemos a dos o tres en la plaza pública no se va a resolver", dijo Peña, para quien el gran error de la izquierda es que "no haya sido capaz de crear una moral laica".
Tanto Solbes como Marcos Peña se esforzaron ayer, durante unas jornadas organizadas por el Nuevo Lunes y Tabacalera, por capear el temporal. Solbes aseguró que hoy nadie duda de que la economía española empieza a recuperarse. Peña, por su parte, dijo que la reforma laboral permitirá, en condiciones normales, crear empleo. Según Peña, este año habrá 200.000 contratos de aprendizaje, un millón de contratos a tiempo parcial y otros 200.000 para mayores de 45 años.El ministro Solbes no ocultó el riesgo que para la inflación supone la recuperación de la demanda. En concreto, citó el buen año turístico, la pujanza de las exportaciones y el hecho de que las empresas quieran recuperar los beneficios perdidos mediante aumentos en los precios. Hizo, en este sentido, un llamamiento a toda la sociedad para "atajar el problema de forma rápida".
Respecto de los tipos de interés, el ministro reconoció que "se ha producido una marcha atrás", al decidir el Tesoro la pasada semana elevar la rentabilidad de bonos y obligaciones. "Pienso", dijo, "que este país tiene margen todavía para bajar los tipos de interés".
