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'Fresa y chocolate', el polémico helado cubano, llega a los cines españoles

El filme, de Tomás Gutiérrez Alea, se estrena el próximo viernes

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El público español podrá saborear esta semana un polémico y sabroso helado cubano. Fresa y chocolate, la última película del director cubano Tomás Gutiérrez Alea, se presenta comercialmente a partir del viernes en las principales ciudades españolas tras haber roto todos los récords de taquilla en la isla y haber ganado el Oso de Plata en el último Festival de Cine de Berlín. Según Alea, el filme es una crítica a la intolerancia y a la represión ejercida contra los homosexuales por la revolución, y no ha gustado en los sectores más intransigentes del exilio de Miami y en La Habana.

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Alea y los dos principales protagonistas de la película, Jorge Perugorría y Mirta Ibarra, esposa del director, llegaron a Madrid el pasado fin de semana para asistir hoy a la presentación a los medios de comunicación de Fresa y chocolate y al preestreno, que se realizará el próximo miércoles en el cine Gran Vía, después de haber dejado un rastro de "iras e intolerancia"."La película fue exhibida en algunas salas de vídeo de Miami y tuvo éxito, pero este mismo éxito causó miedo en ciertos sectores del exilio, que enseguida argumentaron que Fresa y chocolate era una argucia del Gobierno cubano para presentar una falsa imagen de libertad", declaró ayer Tomás Gutiérrez Alea en el madrileño Paseo de Recoletos.

Alea, autor de películas como Memorias del subdesarrollo y La muerte de un burócrata, que fueron alabadas por la crítica en Estados Unidos en la década de los 70, informó que, debido a la repercusión que ha tenido en el mundo, Fresa y chocolate ha sido comprada por la distribuidora estadounidense Miramax Films, y que se exhibirá comercialmente en Norteamérica en los próximos meses.

Embargo norteamericano

Ésto no ha gustado nada en los sectores más duros del exilio y ha despertado las protestas de personajes como Guillermo Cabrera Infante y Andy García, quienes han escrito una carta a Jack Valentí, el presidente de la Mottion Picture Association of América, exigiendo que impida a Miramax Films distribuir la pelicula -por cuyos derechos ha pagado cerca de 500.000 dólares (unos 70 millones de pesetas)-, arguyendo que viola la ley de embargo norteamericano."Ésto es una tontería", dijo Alea, "pues los productos culturales no están sujetos al bloqueo, y además Estados Unidos también piratea la obra de los compositores musicales cubanos y no le paga nada a Cuba".

Pero si la película ha causado discordias en Estados Unidos, en Cuba no todo ha sido relax. El fenómeno Fresa y chocolate surgió en diciembre pasado al presentarse en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, y desde entonces no ha parado. Las salas de cine cubanas, que debido a la crisis sólo funcionan de jueves a domingo y con una única sesión, han tenido que realizar varios pases diarios, y las colas se han prolongado durante horas a las puertas de los cines tanto en La Habana como en las salas de provincias.

Sin embargo, pese a la buena acogida de público, en ciertos niveles dirigentes la cinta no "ha sido bien digerida", según afirma Gutiérrez Alea. "Es una película crítica, pero que ha sido tolerada a regañadientes, y la muestra de ello es que no ha recibido gran cobertura de prensa. Es más, casi no ha aparecido en los periódicos ni en la radio".

Para el director cubano, su filme "es una crítica, y demuestra que en Cuba es posible criticar desde dentro", aunque todavía "haya gente que intente mantener la represión". Según Gutiérrez Alea, Fresa y chocolate va a ser entendida en España pues trata de un tema universal, como es la intolerancia. "Lo que yo quisiera es que el público español entendiese que la película no es una manipulación ni del Gobierno cubano, ni tampoco del exilio".

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