El Gobierno de Ecuador declara el estado de emergencia por el fuego en las Galápagos

El Gobierno de Ecuador decretó ayer el estado de emergencia en la isla Isabela, la más grande del archipiélago de Galápagos, con 4.500 kilómetros cuadrados, que desde hace una semana se consume por el fuego. Además, el presidente de la República, Sixto Durán, fijó un fondo especial de 250.000 dólares (unos 35 millones de pesetas) para afrontar la extinción del voraz incendio. Equipos técnicos, maquinaria pesada y centenares de voluntarios han sido movilizados con gran rapidez para combatir la lengua de fuego que sigue avanzando inexorablemente por este paraíso ecológico. Según fuentes oficiales, al menos 1.300 hectáreas del territorio insular han sido asoladas ya.Las llamas, que se alzan hasta cuatro metros de altura, y el humo sofocante amenazan seriamente a la población de esta isla y a los animales autóctonos, como las tortugas gigantes galápagos, las iguanas y aves de gran colorido como los piqueros y las fragatas reales que impresionaron a Charles Darwin. El fuego se halla sólo a 12 kilómetros de distancia de las principales colonias de estas especies animales, únicas en el mundo. Su extinción sería irreparable para la Humanidad.

Mientras tanto, la ayuda internacional comienza a llegar. En el aeropuerto de Guayaquil, en el continente, aterrizaron ayer técnicos y expertos forestales de Canadá y Estados Unidos para evaluar los daños ocasionados por el incendio. Algunos helicópteros están ya sobrevolando la zona para determinar el tipo de asistencia que se precisa, especialmente el envío en los próximos días de aviones-cisterna para sofocar el terrible incendio. Según la Defensa Civil Nacional, se necesitan con extrema urgencia al menos seis hidroaviones.

El incendio ha reavivado la polémica sobre la invasión turística al archipiélago de Galápagos que se ha desatado en las últimas semanas, tras la autorización de la presencia de dos cruceros norteamericanos, con capacidad para 400 pasajeros. Ecólogos del país, varios operadores de turismo y organismos internacionales criticaron este permiso.

Las islas encantadas no sólo son víctimas del grave deterioro producido por la sequían, sino también de la falta de normas claras que regulen el turismo en la zona.

La Oficina de Representaciones Turísticas Ecuatorianas en Madrid difundió ayer una nota señalando: "La magnitud del incendio es más bien pequeña, sin afectar a ninguna de las zonas de visitas turísticas ni a los asentamientos humanos".