_
_
_
_
_

150 alumnos estuvieron de vacaciones en un burdel

"Señoras con una pinta un poco particular subían acompañando a señores, y en el vestíbulo había anuncios con la foto de una mujer, un número de teléfono y el precio en dólares". Así explicaban los profesores de los institutos alcalaínos Alkal'a Nahar e Ignacio Ellacuría los síntomas que les hicieron sospechar que sus 150 alumnos de 3º de BUP -de 16 y 17 años- estaban pasando el último día de su viaje de vacaciones en un burdel. PASA A LA PÁGINA 4

La agencia alega que aviso de que no se podía esperar mucho de Bulgaria

VIENE DE LA PÁGINA 1

El pasado lunes -el viaje fue del 18 al 25 de marzo-, el Alkal'a Nahar presentó una denuncia en la Dirección General de Turismo de Madrid en la que acusaba a la agencia madrileña con la que contrataron el viaje de alojar a 150 clientes menores de edad en "el más conocido prostíbulo de Sofía". A continuación, pedía una indemnización para los afectados. La denuncia era acompañada por la queja de todos los padres en un escrito. El Ignacio Ellacuría tiene la intención de denunciar el caso ante la Oficina Municipal de Información al Consumidor.

La agencia denunciada asegura que el hotel búlgaro, el Hemus, cumple todas las condiciones para alojar grupos, y añade que ya advirtieron a los padres de que el nivel adquisitivo de Bulgaria es muy bajo y que no podían esperar servicios como los de Atenas, donde pasaron los otros seis días. También afirman que cumplieron todo lo acordado y que incluso les alojaron en hoteles de más categoría de la contratada durante su estancia en Grecia.

Oferta tentadora

A los profesores de los dos institutos de Alcalá les pareció tentadora a principio de curso la oferta de esta agencia: siete días en Grecia a 55.000 pesetas por alumno, y se pusieron en contacto con ellos. A última hora hubo cambios debido al elevado número de adolescentes que se apuntaron al viaje, y la agencia tuvo que sustituir la compañía aérea prevista por otra. Esto implicaba pasar una noche en la capital búlgara, Sofía.

"El responsable de la agencia expuso el cambio a los padres, en una reunión, como una mejora increíble. Íbamos a estar en un hotel de calidad superior al de Atenas, en pleno centro de Sofía, y tenía cuatro estrellas", comentan Lucila Villanueva y Carmen Bravo, dos de los siete profesores que acompañaron a los estudiantes. Los padres aceptaron la modificación a pesar del incremento de 6.000 pesetas.

Los estudiantes pasaron seis días en Grecia. "Geniales", según la alumna Marta Sanz. "No tanto", según sus maestros, quienes aseguran que las excursiones programadas se cambiaban a última hora. "Pero nada importante comparado con lo de después", asegura Villanueva.

Lo de después era Bulgaria. Allí, para empezar, las guías búlgaras contratadas por la agencia cambiaron dinero a los alumnos -en contra de las recomendaciones oficiales- a una paridad distinta de la establecida.

Y luego, el hotel. Los profesores aseguran que la higiene del establecimiento era deplorable, y que, enseguida se dieron cuenta de que se trataba de un burdel. "Saltaba a la vista, esas cosas se notan", dice Marta. Salieron a pasear por la ciudad y un militar americano con el que hablaron les confirmó sus sospechas: no entendía cómo podían haber alojado a menores en un hotel que todo el mundo en Sofía conocía como "la casa de las putas".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_