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El cobrador de la calavera

Tres personas recurrieron a la brujería para cobrar cuatro millones a un moroso

La crisis ha disparado la imaginación. Al cobrador del frac le ha salido un esperpéntico competidor: la brujería. Tres personas -un hombre y dos mujeres, peluqueras de profesión- han sido detenidas por recurrir a esótericas artes para cobrar a un industrial moroso una vieja deuda de cuatro millones y medio de pesetas.A la vivienda de Antonio Q. B., un empresario madrileño venido a menos, han estado llegando en las últimas semanas objetos fetichistas y misteriosas cartas sugiriéndole "hacer el amor" como catarsis. Todas las misivas tenían idénticas remitentes: "las brujas de Iris". El asunto ha terminado en los tribunales, según fuentes de la investigación.

Una calavera y una vela halladas una mañana a las puertas de su domicilio colmaron la paciencia del empresario y sembraron la inquietud en su esposa. A lado de la vela, una nota decía: ""Señor Q. [inicial del primer apellido del empresario], es peligroso tocar la vela". El recuerdo de la deuda (4,5 millones de pesetas), el seudónimo de "las brujas de Iris" y una dirección de la localidad de Pinto eran el común denominador de casi todas las misivas.

Desde el principio, Antonio Q. B. intuyó la procedencia de las cartas. Pero la vela y la calavera eran ya demasiado, por lo que, hace unos días, pidió ayuda a la policía. "Estamos asustados, queremos olvidar todo esto, que parece sacado de una película...". La esposa de Antonio Q., con voz suave y asustada, no quiso decir, ayer, nada más al ser requerida por este periódico.

El industrial explicó a los agentes que detrás de esos objetos y misivas estaba Juan Carlos N., una persona a la que, ciertamente, admitió, adeuda una cantidad de dinero. Según su versión, el acreedor había contratado "a una futuróloga-espiritista" para intimidar a su familia.

"Sí, soy una bruja"

La policía se trasladó a Pinto y, además de a Juan Carlos N., detuvo a dos mujeres: María Paloma L. C., de 39 años, y M. P. S. Ambas trabajan juntas en una peluquería, y se da la circunstancia de que María Paloma y Juan Carlos (el acreedor] son cónyuges.

Durante su detención, Juan Carlos N. negó haber contratatado a nadie -"Paloma es mi mujer"- para intimidar al industrial, y expresó su impotencia: "He intentado cobrar ese dinero por todos los medios legales posibles, pero...".

Otra de las misivas recibidas en casa del empresario dice: "Señor Q., si a usted le gusta el sexo, aprovéchelo; aunque se vaya a otro continente, la magia no tiene distancias. Firmado: las brujas de Iris". María Paloma admite haber remitido las cartas -"que no son anónimas", señaló ayer a El PAÍS-; también confesó ser una bruja. "Eso sí, una bruja buena, y estoy muy orgullosa de serlo. Practico la magia blanca, no la negra, y con ella intento transmitir energía positiva a la humanidad"`. Ella, su marido y su compañera quedaron en libertad tras prestar declaración en la comisaría acusados de amenazas.

Paloma asegura que tiene un programa semanal sobre parapsicología en Radio Estudio, emisora local de Pinto. Acerca del significado del escrito antes citado, aclaró: "Cuando le digo que aproveche el sexo, es porque el sexo es una forma de liberación para un hombre como él, que debe tener muchos problemas. Y cuando hablo de la magia, me refiero a la blanca, no a la negra, aquella que busca la armonía y la paz". "La calavera", razona Paloma, "no la he llevado yo a su casa; seguro que ese hombre [el empresario] ha acudido a algún brujo y éste le ha dicho dónde comprarla para presentarla a la policía como prueba contra mí".

Plegarias y rituales

Sobre el seudónimo, Paloma explicó: "Nos llamamos así Das brujas de Iris] porque nos gusta. Aunque mi compañera no tiene nada que ver en esto; he sido yo la que ha escrito esas notas... Tengo estudios de parapsicología". "Si mis rezos y rituales, que no hacen mal a nadie, le han soliviantado", añadió, "es porque este hombre no está en paz consigo mismo. Rezo a Dios, y a la Virgen María; me dan energía positiva para conseguir, con fe, mis propósitos: mi marido lo está pasando muy mal para cobrar esa deuda", enfatizó.

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