Esquizofrenia en EE UU con las 'autopistas de la información'
Van invertidos 7 billones de pesetas en los proyectos de Al Gore
"Vivimos una situación esquizofrénica". Así describió ayer Alex Netchvolodoff, vicepresidente de la poderosa empresa de comunicaciones Cox, el ambiente que se respira en Estados Unidos tras los últimos accidentes registrados en la construcción de las llamadas autopistas de la información con la ruptura de dos fusiones de empresas. No obstante, "pese a estos contratiempos de los últimos meses, la idea de las autopistas de la información es imparable", dijo el directivo de Cox Enterprises, una de las últimas compañías que han conocido un fracaso en su intento de explotar de forma conjunta con la telefónica Southwester Bell nuevos servicios en el campo de la comunicación.
El directivo de la Cox, que participó desde Washington en una videoconferencia ofrecida precisamente a través de una de estas autopistas (WorldnetInternet) con expertos del sector y periodistas situados en Lisboa y Madrid, dijo que Estados Unidos ha invertido ya en las superautopistas -impulsadas por el vicepresidente de los Estados Unidos, Al Gore- más de 7 billones de pesetas y en la próxima década esta cifra se va a quintuplicar. "Y eso que no existen unos objetivos definidos, porque el principal objetivo es seguir avanzando", añadió.
Cox defendió, junto Con Ellwood Kerkeslager, vicepresidente de AT&T y Henry Geller, profesor de la Universidad de Duke y colaborador de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), la necesidad de seguir avanzando. "Muchas de estas redes ya están instaladas. Sólo queda el difícil papel de dotarlas de contenidos y de nuevos servicios".
"Para muchos, la idea de una autopista de la información es prematura", puntualizó Netchvolodoff", "pero ya podemos afirmar que las tenemos; están hechas las infraestructuras, sólo falta ponerse de acuerdo en los servicios".
Para el directivo de la Cox, compañía multimedia que posee 17 periódicos, 24 operadores de cable y 20 estaciones de televisión, los servicios han de llegar más que de la televisión -se habla de la posibilidad de ofrecer 500 canales- de otras demandas, educativas o sanitarias.
Además del tema de los servicios se hizo referencia en la vídeoconferencia a otros problemas a la hora de avanzar en la construcción y explotación de las superautopistas.
Los directivos de las empresas norteamericanas aludieron también a las prácticas "todavía monopolísticas" de los operadores europeos, el control de las superedes y la seguridad de las comunicaciones.
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