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Roldán se niega a informar de su patrimonio

El ex director de la Guardia Civil acudió al Congreso sin la documentación que le había sido requerida

Luis Roldán confirmó públicamente a las doce y cuarto de la pasada noche, tras más de ocho horas ante la comisión investigadora del Congreso, que se había negado a informar a los parlamentarios sobre la cuantía y origen de su patrimonio. El ex director general de la Guardia Civil, con gesto cansado pero tranquilo, justificó su silencio alegando que el asunto es investigado por los tribunales y que no está dispuesto a someterse a un 'juicio paralelo". No obstante, anunció que se pensará si remite al Congreso los documentos personales -como cuentas bancarias o declaraciones de renta y patrimonio- que le han sido solicitados, siempre que no perjudiquen su defensa en el procedimiento abierto en el Juzgado de Instrucción número 16 de Madrid.

Roldán comenzó su intervención visiblemente tenso, pero fue ganando aplomo a medida que avanzaba la sesión y contestó "con la lección muy bien aprendida" a las preguntas que se le plantearon, según varias fuentes de la comisión.El ex director general de la Guardia Civil, que trajo como única documentación un ejemplar del Diario de Sesiones en el que se recoge la creación de la comisión, advirtió a los parlamentarios que el objetivo de la misma es aclarar su gestión económica al frente del instituto armado y no la creación de su patrimonio personal. También subrayó que le ampara el artículo 18 de la Constitución, que protege el derecho a la intimidad, el honor y la propia imagen.

Tan sólo accedió a hablar de su patrimonio para decir que éste no se ha incrementado durante su etapa al frente de la Guardia Civil, salvo por la herencia recibida en 1993, a la muerte de su padre, y por las inversiones privadas que ha realizado.

Evitó cuantificar sus bienes y únicamente corrigió al alza, en 11 millones, la retribución de 48,6 millones de pesetas que, según una contestación del Gobierno, había recibido durante los últimos siete años.

Roldán evitó también ofrecer detalles sobre el uso de los fondos reservados. "La Ley de Secretos Oficiales me obliga a no responder nada", dijo ante los informadores. No obstante, aseguró a los diputados que se había continuado con la práctica vigente antes de su llegada y que ni él ha recibido sobresueldos con cargo a dichos fondos ni los ha pagado a nadie.

El ex director general defendió su gestión al frente del instituto, el único asunto sobre el que estuvo dispuesto a hablar extensamente, y la asumió de forma expresa, indicando que no trasladaba la responsabilidad "ni hacia arriba ni hacia abajo".

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Pese a las múltiples preguntas que se le hicieron sobre la adjudicación presuntamente fraudulenta de obras y contratos, aseguró: "No tengo ningún elemento " que me haga pensar que se ha cometido ninguna ilegalidad ni irregularidad por los órganos rectores" del cuerpo.

Doble conspiración

Roldán aseguró ante la comisión que se sentía víctima de una doble conspiración y dijo que muchas de las informaciones incriminatorias contra él que se han difundido en los últimos meses tenían su origen en antiguos miembros de la desmantelada UCIFA, la unidad antidroga de la Guardia Civil, y en varios generales de la Junta de Evaluación del instituto armado, que se ocupan de revisar las graduaciones de los mandos. Roldán aseguró que estos generales se habían reunido expresamente para preparar una campaña de desprestigio contra él.

En un terreno más concreto, Roldán justificó que su chófer viajase a Suiza para recoger a su mujer, porque se trataba de una visita previamente fijada y que él no pudo realizar por coincidir con el desmantelamiento en Bidart (Francia) de la cúpula de ETA. Según dijo, fue el chófer quien se ofreció a recoger a su esposa y él lo autorizó.

En otro momento, dijo a los comisionados que desconocía que el general de Brigada Manuel Llaneras, de la Jefatura de Servicios y Apoyo de la Guardia Civil, fuera socio de la empresa Construcciones Salido, que recibió contratos de la Dirección General por valor de casi 2.000 millones de pesetas.

Roldán mostró su disgusto por el hecho de que se hubiese filtrado parte de sus declaraciones en la sesión secreta y dijo que eso justificaba sus cautelas a informar sobre determinados extremos personales. "Mal empezamos si, nada más acabar, ya se ha filtrado lo que he dicho, pues podría incidir en mermar mi capacidad de defensa, a la que, como todo ciudadano, tengo derecho, y que la comisión no puede violentar en ningún caso".

La impresión final que pudo recogerse entre los parlamentarios resulta contradictoria. Mientras Emilio Olabarría (PNV) aseguró que la comparecencia había sido muy completa e interesante, Rogello Baón (PP) no dudó en calificarla de "decepcionante". Casi todos coincidieron en que será necesario contrastar la versión de Roldán con la documentación que maneja la comisión y las aportaciones de los otros comparecientes.

Las contradicciones que puedan apreciarse se le plantearán a Roldán, a quien la comisión anunció que volverá a convocarle al final de sus trabajos.

Almuerzo con Asunción

Roldán fue preguntado sobre el almuerzo que el pasado lunes mantuvo con el ministro del Interior, Antoni Asunción, y su sustituto al frente de la Guardia Civil, Ferran Cardenal, precisamente en vísperas de la comparecencia de todos ellos. Asunción y Cardenal acudirán hoy a la comisión.

Según dijo Roldán, el almuerzo había sido "una reunión más, como he tenido muchas y supongo que habrá alguna otra en el futuro". En este encuentro se trató sobre el traspaso de funciones al frente del instituto armado y, según dijo Roldán, "no necesariamente" se habrían preparado las respuestas a la comisión.

La falta de información sobre las cuentas bancarias a nombre de Roldán, sus créditos, declaraciones de renta y de patrimonio, entre los 23 bloques de documentos remitidos el lunes por el Gobierno a la comisión, provocó las quejas de la oposición.

El presidente de la comisión, Josep López de Lerma (CIU) explicó que se había decidido ayer solicitar de la Administración que envíe al Congreso los documentos referidos a "lo más privado" de Roldán.

Sin abogado y sin papeles

Desde el interior de un Citroën BX blanco, Luis Roldán esperó durante unos segundos a que el escolta que acababa de bajar del coche le indicara que la entrada estaba libre. Con paso firme y ligero cruzó el vestíbulo del nuevo edificio del Congreso y cogió un ascensor hasta la segunda planta. Eran las cuatro menos diez de la tarde y la mayoría de los miembros de la comisión Roldán aún no habían llegado a la sala de reuniones.¿Con qué ánimo comparece ante la comisión? ¿Está tranquilo?, le preguntó un periodista. "Ya me ves", contestó con una media sonrisa. El ex director general de la Guardia Civil no acudió acompañado por su abogado, Gonzalo Casado, como se esperaba. Entró al Congreso flanqueado sólo por un escolta, al que se sumaron dos policías de paisano destinados en la Cámara.

Tampoco llevaba encima las declaraciones de renta o del patrimonio solicitadas por la comisión. Únicamente un ejemplar del Diario de Sesiones, posiblemente el del pleno que dio origen a la investigación. Roldán aseguró desconocer que dispondría de un turno de 10 minutos para explicar su actuación, antes de someterse a la batería de preguntas de los diputados. "Estoy a disposición de la comisión el tiempo que sea necesario para aclarar mi gestión", dijo.

Las puertas del ascensor se abrieron y una nube de fotógrafos disparó. Dos pasos más y Roldán cruzó la puerta a partir de la cual estaba vedado el paso a los informadores. Los servicios del Congreso decretaron una amplia zona de pasillos libre de periodistas en torno a la sala de reuniones. Alegaron que los profesionales de la comunicación, de natural ruidosos, perturbarían el trabajo de sus señorías.

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