_
_
_
_
Tribuna:EL CONFLICTO DEL SÁHARA OCCIDENTAL / 1
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Trucos para evitar una derrota

Un referéndum sobre la autodeterminación del Sáhara occidental establecerá sin paliativos la marroquinidad del territorio, según el autor, que denuncia maniobras dilatorias para evitar la celebración del mismo. Mañana, EL PAíS publicará un artículo de un representante del Frente Polisario sobre la cuestión saharaui.

De 1966 a 1975 pasaron nueve años durante los cuales el Gobierno español se opuso a organizar un referéndum en el Sáhara occidental por temor a que el resultado fuera a favor de Marruecos. De julio de 1981 hasta el momento actual, los nuevos adversarios de Marruecos en el conflicto del Sáhara están obstaculizando por todos los medios que se organice dicho referéndum por el mismo temor. Todo indica, si un referéndum es necesario, que un rotundo sí confirmará aquello que está ahí erigido como una realidad establecida para perdurar; o sea, la marroquinidad del Sáhara.La España de Franco tuvo el capricho de liquidar el contencioso territorial con Marruecos, cediendo la zona norte del protectorado en 1956, luego Tarfaya en 1958, y cuando el 16 de octubre de 1964 la Asamblea General de la ONU exhortó al Gobierno español a entrar en negociaciones para descolonizar Ifni y el Sáhara, así, España decidió dividir el expediente, cediendo Ifni en 1969, y se dejó para más tarde el problema del Sáhara.

Entonces, Marruecos propuso, en una sesión extraordinaria del Comité de Descolonización de la ONU reunido en Addis Abeba en junio de 1966, que se procediera a un referéndum para que los habitantes del territorio expresasen su voluntad. En vez de aceptar lo que hubiera permitido ya en los años sesenta la instauración de la concordia, los gobernantes españoles de entonces prefirieron otra opción, lo cual ha aplazado por dos décadas lo que hoy es un hecho feliz; España es actualmente el segundo socio económico de Marruecos, después de haber sido en 1975 su duodécimo cliente.

Esto no es la prehistoria, estamos hablando del Sáhara desde antes de que surgiera de la manga de un mago algo que se llama hoy el Polisario. Y en desafío a los nuevos adversarios en el litigio sahariano, Marruecos propone de nuevo, en julio de 1981, que se organice un referéndum de autodeterminación. La ONU forma enseguida un comité depuesta en aplicación de la resolución adoptada por la cumbre africana. En agosto del mismo año, el mencionado comité se reúne en Nairobi para discutir las modalidades del cese el fuego y la organización del referéndum. En febrero de 1982 se reúne dicho comité por segunda vez y aprueba el plan con entusiasmo. Sólo queda que el presidente de la Organización para la Unidad Africana (OUA) fij1e las fechas. Súbitamente, el secretario de la OUA, Edem Kodjo, proclama la introducción de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) como Estado soberano y, por consiguiente, miembro de la organización, cosa que sólo un referéndum de autodeterminación podía establecer. Diecinueve Estados se retiran de la 8ª sesión de la UA, en protesta contra ese atraco jurídico cometido por Kodjo. La maniobra tenía por objeto obstaculizar la celebración del referéndum.

El 27 de octubre de 1983, Marruecos, por boca de su rey, lanza ante la Asamblea General de la ONU un llamamiento en pro de la organización del referéndum. De nuevo Marruecos acude a la ONU el 23 de octubre de 1985, mediante una carta del rey a a propia Asamblea General, proclamando su disposición a organizar el referéndum ya en enero de 1986. Sólo en abril de dicho año el secretario general de a ONU toma la iniciativa para dar una nueva dinámica a la iniciativa. Largo proceso que lleva a la propuesta de agosto de 1988, tendente a organizar el referéndum. Propuesta que fue aceptada por todas las partes.

Todas las propuestas del Consejo de Seguridad de la ONU fueron aceptadas por Marruecos. En cada informe de la ONU se alaba el espíritu positivo del lado marroquí. Esto ocurre así porque, efectivamente, Marruecos quiere acabar con este asunto para establecer la concordia en la región, única y constante aproximación de un Marruecos seguro de sí mismo, lo que está comprobado por su conducta ante muy diversas situaciones internacionales. El desarrollo y la paz son lo que requieren los pueblos de nuestra región, y no la guerra. Ya el 28 de febrero de 1967 Marruecos había comunicado a la ONU una propuesta para el cese de la carrera armamentista en la región, léase Argelia y Marruecos, proclamando su aceptación unilateral de un control internacional en la materia.

En 1989, Marruecos aplaza por dos años la organización de las elecciones legislativas en espera de que la ONU procediera a la organización del referéndum. Pasaron dos años sin que la ONU haya actuado, siempre por causas ajenas a Marruecos. Nuestros adversarios comenzaron a preconizar todo tipo de maniobras, reivindicando unas negociaciones directas, vetando la composición de la delegación marroquí, criticando al representante del secretario general de la ONU y constantemente obstaculizando la confección de las listas electorales. Las exigencias serán variadas y numerosas siempre que para la otra parte sea imperativo evitar las urnas.

Y es que el grupúsculo ubicado en tierras bajo control argelino en Tinduf se siente muy desfavorecido en cuanto al número de votos. Antes presumían de que eran un millón, cuando contaban con un fuerte contingente de refugiados de la región del Sahel en los años de sequía. Se acabó ese sueño, y se les obligó a aceptar como base el censo de 1974 realizado por España, según el cual el número de habitantes del territorio era de 73.497.

Aquel documento fue confeccionado por la Administración colonial con el propósito de desfavorecer a Marruecos. Durante cada discusión en la ONU sobre el Sáhara, desde 1967, se reiteraba la invitación a España de que permitiera la vuelta de los refugiados, exiliados justamente en Marruecos, por causa de la opresión colonial. Esto es lo que repercute en el informe de Javier Pérez de Cuéllar de diciembre de 199 1, en el cual se dice (punto número 27) que la ausencia de los miembros de una tribu saharaui pertenecientes al territorio en el momento del censo no puede justificar que éstos sean automáticamente desprovistos del derecho de pronunciarse sobre el destino del Sáhara occidental. Se trata de los refugiados que han sido omitidos (punto 15). Y también de aquellos que, aun viviendo en el territorio, no han sido contactados (punto 16).

Para llevar a cabo la debida corrección del censo mencionado, la ONU tiene una doctrina: la sociedad saharaui está estructurada alrededor de la pertenencia a una tribu; ésta, a su vez, se divide en fracciones, subfracciones y grupos familiares (punto 10). Incumbe a los jefes de tribus ejecutar las debidas correcciones sobre la base de estos criterios (punto 22).

Las reuniones de Ginebra del 30 de noviembre de 1992 y de Nueva York del 25 de octubre de 1993, que tenían como objetivo la corrección de las listas, han fracasado por culpa de la otra parte. Cada vez se inventa una nueva historia. Un mero truco para evitar las urnas.

Esto no variará. Hay dos causas. La primera es que en Argelia, verdadero artífice de todo este montaje, existe un poder impotente ante la propia situación del país, y, por tanto, es fácil de imaginar que exista la tentación de desviar la atención hacia un tema exterior. Mientras tanto, no hay quien pueda decidir si con Marruecos haya de haber paz u otra cosa. Segundo, el equipo actual que dirige el Polisario, es decir, lo que queda de esta formación, puesto que muchos altos mandos y combatientes ya se encuentran en Rabat, comprende que la organización del referéndum conducirá a la muerte de la gallina que produce los huevos de oro. Las ayudas caritativas aún llegan desde España, Bélgica y Francia y son, por consiguiente, un apoyo a la agresión a nuestro país. Estas ayudas se han convertido en negocios colosales manipulados por los dirigentes del Polisario. La propia prensa argelina habla insistentemente de la desviación de la ayuda mencionada, comprometiendo incluso a la Cruz Roja argelina.

Ahora bien, esta segunda fase de este serial que es la historia del referéndum (la primera fue con España) ha durado ya demasiado. Marruecos quiere que esto acabe. Ahora es la ONU la que lo está deseando, porque le está costando dinero. Los adversarios del referéndum están en conflicto con la propia ONU. Pero lo que merece todo apoyo es ese plan de la ONU. Y no se debe caer en la trampa de sustituirlo con negociaciones directas. Nada tenemos que discutir, sobre todo con un grupo que carece de una representatividad que sólo mediante el referéndum podría ser acreditada.

Mohamed Larbi Messari es presidente del Sindicato Nacional de Periodistas de Marruecos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_