_
_
_
_

"¡Que no cierre Santana!"

Peralta / Jesulín, Cordobés Cuatro toros de Peralta y 1º y 4º, de Viento Verde bien presentados, sospechosos de pitones, flojos y manejables. Jesulín de Ubrique: pinchazo sin soltar, media en el costillar y descabello (palmas); estocada tendida trasera (oreja); estocada baja (dos orejas). El Cordobés: media estocada trasera (oreja); media desprendida y descabello (palmas).

Plaza de Toledo, 24 de marzo. Casi lleno.

La frase sonó como un estruendo en el cigarral toledano, aunque fuese más propia de una manifestación sindical: "¡Dile: al japonés que no cierre Santana!". Desde el graderío alto del tendido ocho la lanzó un espectador con destino a Manuel Díaz El Cordobés, mientras éste le brindaba su segundo toro al presidente de Kazajstán, Nursultán Nazarbaiev, que acababa de llegar a un burladero del callejón. El coletudo había brindado su primero a un grupo de trabajadores de Linares armados con una pancarta contra el cierre de esta empresa.Nazarbaiev parecía pasárselo pipa con la circense actuación del coletudo, más ambrollero, heterodoxo y zarrapastroso que nunca frente a un pobre animal al que emborrachó de trapazos. Pero no debió de disfrutar tanto como el cotarro, jaranero y con mayoría absoluta de personas de la tercera edad arribadas desde varias localidades. 0 bien tenía prisa. El caso es que cuando El Cordobés despenó a su rival, el presidente kazajo se marchó y otro grito le acompañó en su salida. Era a buen seguro de uno de los escasísimos aficionados que hubieron de sufrir este festejo tan poco ortodoxo: "Llévate al torero a tu país. Líbranos de él".

Lo cierto es que este toreo patibulario de El Cordobés caló en la concurrencia, que explotaba de júbilo con el esturreo de sus mantacinas delante de los asombradísimos bichos. También con sus cabezazos a los mismos, uno de los cuales fue respondido por el último, que le alcanzó de refilón en la cara y fue el único momento en que la tragedia bordeó el cómico esperpento. También con sus gestos de consumadísimo actor vendiendo a la perfección su producto.

Jesulín se acercó algo más al toreo, pero sin exagerar, porque ese producto no era bien recibido por la rugiente marabunta. En la mezcolanza de sus faenas hubo algunos redondos largos y enjundiosos, único aspecto de relativa pureza que brilló en la tarde. Pero fue mucho mayor el atracón de encimismo, pases de la tortilla y circulares, que produjeron el éxtasis en los tendidos.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_