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Científicos británicos obtienen hueso artificial que no provoca rechazo

Isabel Ferrer

Un tipo de hueso artificial capaz de permanecer en el organismo sin moverse ni provocar rechazo ha sido obtenido por un equipo de investigadores británicos del centro Queen Mary and Westfield, en Londres. Se trata del primer material de este tipo fabricado en el mundo, según sus propios artífices.Fabricado a base de polietileno sintético e hidroxiapatita, una sustancia cristalina extraída del hueso natural, la nueva prótesis ha sido ya implantada con éxito a 30 pacientes. William Bonfield, responsable de los trabajos, espera que su uso se generalice dentro de dos años.

Los experimentos efectuados hasta ahora demuestran que el organismo humano acepta su presencia como si se tratara del hueso original fracturado. El proceso fisiológico de regeneración natural de los tejidos no los diferencia y sigue su curso con normalidad. Ello asegura la soldadura y, en su caso, la formación de articulaciones más seguras.

Los materiales empleados en estos momentos para corregir fracturas, entre ellos acero inoxidable, se desencajan al cabo de unos años. Entonces, la cadera o rodilla operada vuelve a fallar y hay que repetir la intervención quirúrgica.

En casos extremos, el paciente puede perder el movimiento de la articulación o sufrir una deformación progresiva del miembro afectado. El equipo londinense asegura haber resuelto dicho problema dotando al nuevo material de una "estructura submicroscópica similar al hueso humano".

Operaciones fallidas

Durante la presentación del estudio, Bonfield ha apuntado que los próximos implantes de cadera y rodilla, "durarán por lo menos 30 años, ahorrando millones a la Seguridad Social". Sólo en el Reino Unido, la medicina pública efectúa cerca de 40.000 operaciones de cadera al año. Cada una cuesta alrededor de un millón de pesetas.Según sus estadísticas, uno de cada tres operados tiene que volver al quirófano por fallos en la primera prótesis. Los expertos calculan que una prótesis tradicional puede durar una década en buenas condiciones. Eso si el paciente tiene 65 o más años. Cuando la fractura se produce en un esqueleto más joven, la prótesis suele fallar mucho antes, al estar expuesta a mayores movimientos.

La Seguridad Social británica ha mostrado gran interés ante este hallazgo científico, dado que su implantación en la red sanitaria puede ahorrar una importante cantidad de lo que gasta el Estado en cubrir ahora este tipo de patologías.

La cada vez mayor incidencia de problemas óseos relacionados con el envejecimiento de la población general y su mayor demanda de atención está sobrecargando los costes financieros en la sanidad pública de todos los países.

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