Al cine para escuchar música

Dicen que los Grammy sor los Oscar de la música. Podrían ser los Goya y así hubieran premiado la excelente banda sonora de Alberto Iglesias para La ardilla roja, el filme de Julio Medem. Pero los Grammy son como los Oscar, y El guardaespaldas y Aladdin se han llevado nueve premios. Las bandas sonoras copan hoy el mercado musical, y el éxito de muchos artistas pasa por colocar una canción en una película taquillera.Pero escarbando en los Grammy, puede encontrarse incluso a algún heterodoxo, muerto claro está, como Frank Zappa, cuyo tema Sofa ha recibido el premio a la mejor pieza instrumental de rock, ayudado por la magnífica guitarra de Steve Va¡. Premios secundarios para compensar que Gloria Estefan resulte elegida la más tropical, por encima de Celia Cruz, Willie Colon, El Gran Combo de Puerto Rico y Juan Luis Guerra, confirmando el poder de Miami.

También pueden encontrarse algunas joyas, como los tres premios recibidos por The complete Billie Holiday on Verve 1945-1959, una recopilación de la gran dramática del blues que ha obtenido Grammy para la mejor antología, al álbum histórico y la mejor documentación. Fuera de premios han quedado irreductibles como Neil Young clásicos como Billy Joel, marginales como Bob Dylan, pro mesas como Spin Doctors malabaristas como Joe Satriani, resucitados como Donald Fagen, exóticos como Las Voces Búlgaras e incluso serios compositores de música de películas como Mark Isham. No hay más cera por arder porque, según los Grammy, hoy para escuchar música hay que ir al cine.