Tres policías argelinos secuestran un avión y se rinden siete horas después en Alicante
La incertidumbre duró siete horas. Los tres policías argelinos que desviaron ayer a Alicante un Boeing 727 de la compañía Air Algerie cuando realizaba un vuelo doméstico acabaron rindiéndose a las autoridades españolas. El avión cubría la ruta Orán-Annaba con 127 personas a bordo, pero fue obligado a dirigirse a punta de pistola al aeropuerto de L'Altet, al que llegó poco antes de la una de la tarde. Minutos después de las seis, los piratas se entregaron, tras haber liberado previamente a ocho mujeres, dos niños y dos hombres. Los tres individuos pretendían que España les concediera asilo político, a lo que el Gobierno se opuso rotundamente argumentando que lo prohíbe la legislación. Ninguno de los pasajeros sufrió daños.
Los secuestradores fueron puestos a diposición del juzgado de Elche, aunque en la mañana de hoy el caso pasará a la Audiencia Nacional y los tres argelinos serán trasladados a Madrid. El asilo político no puede ser concedido a los autores de delitos de piratería aérea, según la normativa internacional.El aparato de las líneas aéreas argelinas había despegado poco después de las 11 de la mañana del aeropuerto de Orán para cubrir una ruta doméstica con destino a Annaba, distante unos 800 kilómetros. A las 12.45, el comandante informó a la torre de control del aeropuerto de Alicante que la nave estaba en poder de varios piratas aéreos armados. Tres hombres de entre 27 y 32 años de edad, que posteriormente se identificaron como funcionarios de policía argelinos, pedían asilo político. El comandante de la nave solicitó permiso para el aterrizaje, pero le fue denegado. A pesar de eso, cinco minutos después el avión tomaba tierra en la pista 28, a dos kilómetros de la terminal.
Los secuestradores se pusieron entonces en contacto con las autoridades y solicitaron asilo político. El Ministerio del Interior se opuso alegando que el artículo 3 de la Ley de Asilo y Refugio prohíbe dar cobijo "a quien hubiera perpetrado algún delito contra la navegación aérea o marítima".
El primer atisbo de final feliz se intuyó poco antes de las 16 horas, cuando los secuestradores liberaron a ocho mujeres, dos niños y dos hombres -un anciano y un enfermo de corazón.-
Cordón de seguridad
Numerosos efectivos de la policía y la Guardia Civil montaron un fuerte cordón de seguridad en torno al avión, llamado Hogar, durante las horas que éste permaneció en las pistas. El gobernador civil de Alicante, Alfonso Calvé, ayudado por un intérprete árabe, dirigió personalmente la operación para liberar a los pasajeros retenidos. Calvé estuvo permanentemente en contacto telefónico con el ministro del Interior, Antoni Asunción.
"El fin empezó a vislumbrarse sobre las cinco de la tarde, cuando el comandante del avión y uno de los secuestradores negociaron a pie de escalerilla con las fuerzas de seguridad", explicó un portavoz de Interior.
A las 18.05, varios guardias civiles subieron al avión con el cónsul de Argel en Alicante, Hakim Rahache. Luego aparecieron en la escalerilla cuatro personas, tres de las cuales eran los secuestradores, que se rindieron sin violencia. "Tenían desconfianza sobre el proceso a seguir para entregar las armas, pero una vez que se han visto tranquilos se han entregado", declaró el gobernador. A las 11.15 de ayer el 727 regresó a Argelia con todos sus pasajeros a bordo.
A pesar de que los piratas aéreos se identificaron como policías y ajenos a organización política alguna, el Ministerio del Interior investiga su pertenencia o no a algún grupo armado.
El secuestro aéreo de ayer es el décimo caso de este tipo que se produce en España, la mayoría de ellos frustrados. El más espectacular fue el protagonizado por el italiano Luciano Porcari, que el 14 de marzo de 1977 retuvo durante 46 horas un Boeing 727 de Iberia que volaba de Barcelona a Palma de Mallorca. Desde diciembre de 1990 se han producido cuatro secuestros cometido, por piratas aéreos argelinos.
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