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Nazario, de los tebeos a las galerías

El creador del detective travestido 'Anarcoma' expone sus cuadros en Madrid

Nazario Luque, conocido hasta ahora como dibujante de historietas, se ha metido a pintor e inauguró el martes en Madrid una primera exposición como tal en la gale ría Sen. El mundo de las galerías no le es del todo ajeno, pues sus páginas de comic han viajado por toda España en muestras colectivas, pero ésta es la primera vez en que el creador del famoso detective traves tido Anarcoma se asoma al arte con mayúsculas. Aunque él no crea que haya muchas diferencias entre sus maneras de enfrentarse a disciplinas en principio tan distintas como la pintura y los tebeos.

"De hecho, cada uno de los cuadros de esta exposición es como una viñeta de comic en grande", explica Nazario. "Yo no soy un dibujante rápido. Cada página me cuesta lo mío. Y cada viñeta es como un cuadro pequeñito. Así pues, decidí convertir las viñetas en cuadros y ponerlas a la venta. Espero que la exposición funcione bien, porque con esto de los tebeos no hay quien viva".Ciertamente, los cuadros de Nazario podrían ser viñetas de cualquiera de sus comics. Son pequeñas escenas domésticas, escenas de un realismo milimétrico que, afortunadamente, esquivan el servilismo y la futilidad del hiperrealismo: "Yo no me siento capaz de definir lo que hago, más allá de que, evidentemente, me muevo en el realismo. Ya se encargarán de etiquetarme los críticos, que son los que se ganan la vida con eso. La verdad es que esa gente siempre necesita clavarte una etiqueta. Hay quien me ha dicho que uno de mis cuadros está influenciado por Edward Hopper, simplemente porque hay una mujer asomada al balcón. Si cada cuadro con una mujer asomada al balcón te ha de identificar como discípulo de Hopper (a quien admiro), estamos listos".

En París, en noviembre

Como precedente de su faceta pictórica, Nazario cita su peculiar lectura de la leyenda de Helena de Troya publicada en El Víbora, una colección de págiñas-viñeta que le ha comprado su amigo Miquel Barceló por un millón de pesetas. A través de Barceló, nuestro hombre ha conseguido también una exposición en París para el próximo mes de noviembre. Todo parece indicar que el mundo de la historieta está a punto de perder a otro de sus talentos."Lo que pasa con los tebeos", razona Nazario, "es que resulta muy difícil ganarse la vida con ellos porque se venden muy poco. En este país la gente no lee ni los periódicos, así que calcula lo que pasa con los comics... Proyectos no faltan, pero no sé cómo ni cuándo los voy a abordar. Tengo terminado el guión de la tercera parte de Anarcoma, pero necesitaría un ayudante. También tengo un guión de Fernando Arrabal y que es interesante, pero no sé si lo dibujaré alguna vez...".

Si algo resulta evidente de la obra tebeística de Nazario es que este andaluz de 50 años se ha fabricado un territorio propio: sus historias y su dibujo son inconfundibles. A pesar de haberse hecho popular plasmando un abigarrado submundo de sexo duro, travestidos, locas, piltrafas del arroyo y demás seres marginales, no ha dudado en adaptar al comic la ópera Turandot o en dibujar historietas sin el menor contenido erótico. Sus cuadros se mueven en esta segunda dirección: "He pintado lo que tenía más cerca. Eso no quiere decir que me pase la vida haciendo lo mismo. Puede que un buen día me dé por lanzarme a la calle, o al campo. Estos no son más que mis primeros cuadros. Me he tirado siete u ocho meses fabricándolos y la verdad es que me siento totalmente inseguro. Nada que ver con mi amigo Mariscal, que se curra una exposición en tres días y además está siempre convencido de que lo venderá todo".

Mucha gente ha considerado a Nazario el elemento más literario del tebeo underground español, alguien que llegó a la ilustración por casualidad, pero él lo niega: "Siempre quise pintar y dibujar. Pero en mi pueblo, Castilleja del Campo, yo no era más que el hijo de un labrador. Si mi padre hubiera tenido dinero, me habría financiado la carrera de Derecho, pero como no lo tenía me metió a maestro, que era la manera más evidente de fabricarle un avance social a su hijo".

Nazario llegó a Barcelona a principios de los setenta y en esta ciudad se destapó como creador. Murió el maestro andaluz con problemas sexuales y nació el artista homosexual que, tras la muerte de Franco, se hizo el amo de las Ramblas con el hoy difunto Ocaña y otros personajes que ya nadie recuerda. Después de un largo flirteo con el alcohol, Nazario se enfrenta a la madurez con una gran tranquilidad: "Llegó un momento en el que me tragaba una botella de whisky diaria. Desayunaba, comía y cenaba con whisky. Me iba a dormir dos veces al día. Entre pitos y flautas, sólo tenía media hora de lucidez por la mañana y media por la tarde. Mi pulso, que era impecable, empezó a temblar. Al final tuve que decidir entre dibujar o irme al carajo. Opté por lo primero. Hace cuatro años que no tomo ni un trago y creo que tener 50 tacos no está tan mal. Es la edad de Mick Jagger, ¿no?".

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