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GUERRA EN LOS BALCANES

La 'diplomacia del ultimátum' otorga un claro éxito político a la OTAN

Lluís Bassets

El éxito del ultimátum destinado a alejar de Sarajevo la artillería serbia ha sido recibido con enorme satisfacción en la Alianza Atlántica, una organización que se ha caracterizado a lo largo de su historia por la eficacia persuasiva de su inactividad. La OTAN es la institución que sale más reforzada de esta crisis. Su credibilidad estaba en juego, y ha quedado demostrado que es aún una organización creíble. De ahí la puntualidad y energía de la intervención de su secretario general, el alemán Manfred Wörner, que se apuntó el tanto media hora después de vencido el plazo del ultimátum y no dudó en seguir esgrimiendo el garrote, por si algún serbio despistado considera todavía posible deshacer la retirada.

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Ganadores y perdedores

Para Wörner no hay lugar a dudas sobre la eficacia de mostrar los dientes: la clave del éxito ha sido la actitud decidida de la OTAN a lanzar los ataques. "Hemos demostrado que la diplomacia puede triunfar cuando está respaldada por acciones creíbles", aseguró, en una frase que sintetiza la nueva diplomacia de la amenaza desplegada por los aliados. La declaración de Wórner sugiere la posibilidad de bombardeos aéreos en caso de que se produzcan ataques a la Unprofor y recuerda que las fuerzas atlánticas participan en la prohibición de sobrevuelos y en el embargo naval. A la luz del éxito obtenido por la OTAN, estas consideraciones significan una reactivación de viejas amenazas que habían quedado vacías de contenido ante la falta de voluntad política demostrada hasta el 9 de febrero. Ahora es más dificil que alguien ataque impunemente a la Unprofor o viole las distintas resoluciones de Naciones Unidas. La OTAN se declara así plenamente activada ante la necesidad de una eventual intervención, no tan sólo respecto a Sarajevo, sino a otros puntos de la antigua Yugoslavia.Wörner quiso ser generoso con Rusia y evitó entrar en competencia con Moscú sobre la atribución del mérito de la retirada de los serbios. Por el contrario, la Alianza ha dado la bienvenida a la participación rusa en el levantamiento del cerco y ha calificado de imprescindible un compromiso más estrecho de. Moscú en el proceso de paz.

Extender la fórmula

El secretario general consideró la jornada de ayer como histórica, aunque no escondió que la paz puede hallarse todavía muy lejos. No hizo ninguna consideración sobre la eventual aplicación del mismo método a las otras ciudades bosnias que se encuentran cercadas y hostigadas por la artillería serbia, pero permitió entender que la OTAN estará atenta a esta Posibilidad. Algunos países pueden solicitarlo inmediatamente en el Consejo Atlántico semanal, que se reúne todos los miércoles en Bruselas.El Gobierno turco ya lo ha hecho en varias declaraciones, por lo que no se descarta que mañana presente una petición de nuevas amenazas de bombardeos aéreos. Fuentes de la Alianza consideran, sin embargo, que ahora es imprescindible culminar y consolidar la liberación de Sarajevo y dar un nuevo impulso al proceso de paz. Un planteamiento prematuro para liberar Tuzla y Srebenica perfectamente factible a partir de las resoluciones de Naciones Unidas y las decisiones de la Alianza Atlántica y de la Unión Europea, podría poner en peligro los pasos avanzados hasta ahora.

Parte de la estrategia a seguir en los próximos días se discutirá hoy en Bonn, donde habrá una reunión diplomática a alto nivel, en la que participarán los directores políticos de los ministerios de Exteriores de los principales países europeos implicados en la resolución de la crisis bosnia.

Fuentes de la Alianza subrayaban ayer la importancia de este encuentro en el que la diplomacia occidental deberá analizar la nueva situación, con Estados Unidos involucrado ya a fondo en la resolución del conflicto y Rusia emergiendo de nuevo como potencia mundial con la que hay que contar para resolver el rompecabezas balcánico.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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