Los diseñadores españoles ajustan sus precios

¿Es sólo un lujoso e idílico escaparate inalcanzable o se puede tocar y comprar? ¿Y a qué precio? Una media de un 20% de las colecciones presentadas en la Pasarela Cibeles nunca estará en la calle. Es parte de la imagen de los diseñadores. Como explica el catalán Jordi Cuesta, "traemos a la pasarela un 80% de credibilidad y un 20% de fantasía". El Palacio de Congresos de Madrid se quedó ayer vacío tras el espectáculo de Victorio y Lucchino. Y ahora llega el turno de los verdaderos jueces: los clientes que en los próximos días dejarán caer los modelos que piensen que no serán aceptados en la calle.

El italiano Enrico Canella, de la firma Invest Moda, que comercializa la línea de Purificación García, tiene muy claro que la tendencia de años anteriores de pretender la venta de todo tipo de modelos tuvieran el precio que tuvieran se ha terminado. "Sólo se vende si el precio es correcto", afirma Canella, quien pone como ejemplo la línea de noche presentada por la diseña dora catalana, elaborada a base de sedas metalizadas con hilos de cobre, que no se comercializa porque saldría "a unos precios casi abusivos". La misma opi nión es compartida por Modesto Lomba cuando señala que "la frivolidad se ha acabado. Esto es un negocio y no nos podemos permitir hacer obras de arte". Para Roberto Verino, la caída de algún modelo se debe a que la gente no acaba de aceptarlo. Sin embargo, hay otros creadores que toda la colección la trasladan a la calle con mayor o menor éxito. Es el caso del joven madrileño Javier Larraínzar, del que los 110 modelos presentados irán a parar a los 20 puntos de venta que tiene en España, o de la firma A Menos Cuarto, formada por el divertido matrimonio Mila y Tucho Balado. La colec ción agresiva y sexy que ha presentado esta pareja no sólo se vende en España, sino que tienen 80 puntos de venta en Francia, un mercado que ellos califican de muy difícil".

Japón, primer país al que exporta, y próximamente México, como referente para introducirse en Estados Unidos, son los puntos en el extranjero donde el gallego Antonio Pernas, que en esta edición ha presentado su primer desfile individual, tiene puestos sus proyectos más próximos.

Las chaquetas femeninas

Los precios y el número de modelos comercializados varían de pendiendo de la línea marcada por los diseñadores y sobre todo del modelo concreto y del tejido utilizado. Dentro de las colecciones presentadas en esta edición de la Pasarela Cibeles, una chaqueta considerada pieza imprescindible del armario femenino- de la firma A Menos Cuarto costará en la calle de 20.000 a 25.000 pesetas; si es de Jordi Cuesta o de Roberto Verino el precio subirá a las 35.000 o 40.000 pesetas, cifra que rondan también estas prendas en el caso de Antonio Pernas y Modesto Lomba y que seguirá subiendo en el caso de Javier Larraínzar -unas 60.000 pesetas- o rondará entre las 40.000 y las 65.000 cuando la firma es de Purificación García.Si se toma el referente de los pantalones, pieza estrella de esta edición de la pasarela junto a las botas para todo, los precios medios varían desde las 22.000 de Cuesta, las 15.000 de Larraínzar y Modesto Lomba y las 20.000 de Purificación García. Otros ejemplos orientativos, dentro del vestuario estrictamente femenino, son los trajes -Verino (de 20.000 a 35.000) y Antonio Pernas (de 53.000 a 63.000)- y las faldas largas -Devota y Lomba (de 10.000 a 15.000) y Purificación García (de 13.000 a 22.000)-.

Proceso industrial

También dentro del proceso estrictamente industrial hay diferencias notables entre unas firmas y otras. Aquí desempeña lógicamente un papel primordial el público al que van dirigidos los diferentes modelos, unos más exclusivos y otros más masivos, el color y el tipo de prenda. Las firmas más populares, como A Menos Cuarto y Antonio Pernas, reconocen un mínimo para la fabricación de sus prendas que ronda las 300 piezas, aunque la media es de unas 1.000. Esta cifra se eleva a las 5.000 en caso de modelos básicos, como los pantalones, y llega hasta las 40.000 si se trata de prendas reinas de las distintas colecciones, como los abrigos del gallego Antonio Pernas.Distinta dinámica funciona con los nombres más codiciados y prestigiosos. La filosofía de Roberto Verino en este aspecto es la de pequeñas series. "Nosotros intentamos poner en las tiendas [en España, nueve exclusivas con su nombre y otros 145 puntos, incluidos los grandes almacenes] dos o tres piezas por modelo para no repetir demasiado, aunque en determinadas prendas sube a ocho o nueve". Javier Larraínzar, hijo de sastre y asistente de Óscar de la Renta durante tres años en Nueva York, no tiene cifras tan exactas, ya que acaba prácticamente de arrancar en España. Sin embargo, reconoce que en su colección anterior la chaqueta fue su modelo más vendido con 150 prendas.