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SANIDAD

Las dificultades de la Europa ex comunista han rebajado la esperanza de vida de la mujer

Los 200 millones de mujeres de la Europa poscomunista viven un promedio de cinco años menos que las mujeres en el resto del continente. Las radicales transformaciones socioeconómicas en esos países han afectado más a las condiciones de vida y salud de las mujeres que a la de los hombres. Esas son algunas de las conclusiones presentadas en un estudio realizado por el Departamento Europeo de la Organización Mundial para la Salud (OMS) que fueron reveladas ayer en Viena, al iniciarse la primera conferencia Women's health counts (La salud de las mujeres cuenta), sobre la situación de las mujeres en Europa central y del Este. En la conferencia participan 240 delegados de 41 países, incluidos algunos ministros de Asuntos Sociales.La intervención quirúrgica más frecuente en las regiones del Este es el aborto, y un 67% de las mujeres ha tenido al menos uno a lo largo de su vida fértil, a causa de la escasa conciencia y acceso a otros métodos de planificación familiar como alternativa preferencial. En Rumania, por cada 1.000 nacimientos hay 3.000 abortos, mientras que en Suecia la relación es de 1.000 a 326. En Estonia, por ejemplo, los anticonceptivos son tan caros que sólo un 9,2% de las mujeres en edad fértil los utilizan.

El gran desafío de los sistemas de salud en los países europeos en transformación es entregar servicios adecuados mientras sufren una drástica disminución del presupuesto y de personal a "una población con la salud cada vez más deteriorada". En Albania, el Estado gasta anualmente en servicios de salud el equivalente a cinco dólares por persona (unas 700 pesetas).

Los expertos de la OMS aseguran que la prostitución y el sida son problemas que van en aumento. "Relativamente pocas mujeres eligen voluntariamente la prostitución como forma de ingresos, pero para muchas es la única forma realista de subsistencia". Jóvenes y a veces niñas son "engañadas por las mafias locales y obligadas a ejercer la prostitución".

El sexo sin condón es habitual, según el informe, y hay escasas campañas de información sobre el sida.

La inflación galopante, la carestía y a veces la escasez de productos para la subsistencia básica, además de la falta de guarderías infantiles y de asilos para ancianos, hacen cada vez más difícil para las mujeres asumir la doble responsabilidad del hogar y el trabajo.

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