Artistas y galeristas defienden sus derechos
La ley de mecenazgo, acusada de no favorecer al arte contemporáneo
La unión hace la fuerza. Artistas y galeristas coinciden en este viejo refrán y han empezado a aplicarlo. Los primeros se han unido en una entidad que gestiona sus derechos de propiedad intelectual y que reclama el cumplimiento de la legislación vigente; los segundos han creado una federación que reúne a asociaciones de toda España y que tiene muchos frentes abiertos, desde la denuncia del intrusismo que practican entidades públicas y privadas hasta la presentación de enmiendas al proyecto de ley de mecenazgo.
Durante los años ochenta, el tema de moda en el mundo del arte eran las ventas más o menos millonarias, la situación del mercado y las críticas a la especulación. Se acabó el tema. Ahora, tras el paréntesis de estos tres oscuros años de crisis, el tema que predomina en el mundo del arte, que no en el arte en sentido estricto, es la legislación.La Federación Española de Asociaciones de Galerías de Arte, entidad que agrupa en conjunto a unas doscientas galerías, presentará hoy, en el marco de Arco 94, sus propuestas de enmiendas al proyecto de ley de mecenazgo, actualmente en trámite parlamentario. Tras años de reinvidicar esta ley, los galeristas consideran que su actual redacción no les favorece, ya que sólo afecta a las obras de arte antiguo o a las que están inscritas en el inventario del patrimonio histórico-artístico, sin mencionar explícitamente al arte contemporáneo.
Para los galeristas, esta ley debería incentivar el coleccionismo y las donaciones a museos de arte contemporáneo, sobre todo el que realizan artistas vivos de cotización media, y éste es un tipo de arte que habitualmente no se registra en el inventario. Para ello piden que se establezca la misma desgravación fiscal para las donaciones de arte contemporáneo que para las obras que están inscritas en el inventario.
También han mostrado su desacuerdo en lo que se refiere al pago de los impuestos en obras de arte. En su opinión, el incremento de patrimonio que se advierte cuando se hace este pago no tendría que tributar. Es decir, según los galeristas, la ley prevé que si alguien paga sus impuestos con una obra de arte lo hace en virtud de su valoración actual (por ejemplo, 100.000 pesetas), pero Hacienda le obliga a tributar además por la diferencia entre el precio de la obra cuando la compró (por ejemplo, por 15.000 pesetas) y el incremento de su valor en el momento en que paga a Hacienda (las 100.000 antes mencionadas; es decir, tiene que tributar por las 85.000 pesetas de diferencia.
Otras reinvidicaciones son la modificación de la Ley de Sucesiones -que la ley de mecenazgo exima del pago de sucesiones a los herederos de obras de arte si éstos se comprometen a no vender las piezas en un plazo superior a 15 años- y el asegurar que la inclusión de una obra de arte en el inventario del patrimonio histórico-artístico no supondrá que el propietario inmediatamente tenga que pagar más impuestos por incremento de patrimonio.
La Ley de Mecenazgo es, en estos momentos, la principal preocupación de los galeristas, pero no es la única. Aparte de realizar un estudio sobre las galerías de arte españolas para tener un censo real del número de empresas y sus características, han iniciado una lucha contra el intrusismo de entidades públicas o privadas que realizan exposiciones comerciales sin estar autorizadas, lo que desbarata el mercado. Otro tema que está en estudio es la ley de Propiedad Intelectual, sobre cuya aplicación han encargado un estudio, sobre todo desde que los artistas se están movilizando para exigir su aplicación.
Visual Entidad de Gestión de Artistas Plásticos (VEGAP), que agrupa a unos 23.500 creadores españoles, presentó el pasado mes de diciembre una lista de reinvidicaciones que, bajo el epígrafe de Manifiesto de Zaragoza, exigía el cumplimiento de la actual ley de Propiedad Intelectual en unos aspectos y pedía su modificación en otros. Sin negarles la razón a los artistas en algunos aspectos, sobre todo en los morales, el manifiesto causó malestar entre los galeristas, que temían que estas reivindicaciones pudieran afectar al normal funcionamiento del mercado. Ambos colectivos esgrimen que su intención es proteger a los artistas más jóvenes o cuya obra no tiene una alta cotización en el mercado. Los artistas, porque consideran que algunas de sus demandas lo que prentenden es ampliar los beneficios de la ley a los creadores no consolidados, y los galeristas, porque afirman que la aplicación estricta de la ley puede repercutir en una menor promoción y venta de estos mismos creadores, ya que los gastos para el galerista no compensarán el esfuerzo.
Babelia
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