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España se alía con Africa para alertar al mundo sobre el peligro de la desertificación

La pérdida de suelo fértil afecta a la cuarta parte de las tierras del planeta

Grandes zonas se están convirtiendo en eriales. La desertificación afecta ya a la cuarta parte de la Tierra. La Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO) calcula que en los próximos 20 años desaparecerán tantas hectáreas de tierra fértil como la extensión de Alaska. España no se escapa del monstruo. Casi la mitad de la superficie nacional está afectada por la erosión del suelo; el 13% va camino del desierto. Sin embargo, muchos países desarrollados son remisos a dar a este problema un estatuto mundial. En la reunión celebrada esta semana en Almería, sobre Desertificación y migraciones, España se ha aproximado a África para mostrarle al mundo las garras de este mal.

Basta darse una vuelta por la provincia de Almería, con un 42% de su territorio afectado gravemente por la erosión del suelo, para comprender lo devastador del fenómeno. Detrás del exótico encanto del paisaje pelado falta vida que invite a quedarse. En los umbrales del desierto viven ahora 900 millones de personas, según datos de Naciones Unidas. De ellas, 135 millones pueden verse forzadas a emigrar en el periodo de cambio de milenios, con la intranquilidad que eso supone para las organizadas estructuras de los países desarrollados.Lo ha dicho el diplomático sueco Bo Hjellén, presidente del comité intergubernamental de negociación del convenio de desertificación: "Detrás de las cifras hay mucha gente sufriendo, espero que se den cuenta de eso y que me perdonen un lenguaje tan poco diplomático. Es una responsabilidad de los países desarrollados encontrar una solución".

Hama Arba Diallo, secretario ejecutivo de este comité negociador, hace la lista de los países donde la desertificación avanza de forma más inexorable: toda la franja subsahariana, desde Senegal hasta Somalia; el Magreb, Namibia, Lesotho, Botsuana, Turquía, España, Grecia, las ex repúblicas soviéticas de Asia central, Chile, Perú, Argentina, México, China, India, Australia y EE UU.

Como la India y China

En medio siglo, el planeta ha perdido el 11% de la superficie cultivada (lo que ocupan India y China juntas), según el World Resources Institute (Instituto de Recursos Mundiales). "Si no se lucha contra la desertificación en Almería, en Tombuctú, en Chile y Kazajstán", ha dicho Diallo, "las consecuencias serán para todo el mundo y no sólo para los países afectados por ese problema".Por iniciativa de varios países de África -el 40% de las tierras áridas se concentra en ese continente-, la ONU puso en marcha en 1992 la preparación de un Convenio Mundial de Lucha contra la Desertificación (título al que es probable que se le añada el apéndice "particularmente en Africa"). Si España fue un poco a remolque en los convenios de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad y Cambio Climático, en las negociaciones del texto sobre desertificación está desempeñando un papel más. activo. Comprende mejor el problema de Africa, porque también la Península Ibérica padece la progresiva esterilidad del suelo. A cambio de esa comprensión, España espera conseguir apoyos para la propuesta lanzada, junto con Grecia, Italia y Portugal de contar con un anexo específico para el Mediterráneo europeo dentro del convenio.

Según explican fuentes de la delegación española, el reconocimiento, aunque pueda parecer simbólico, tendrá un peso fuerte a la hora de negociar en Bruselas el destino de los fondos monetarios de la Unión Europea. Lo dijo en Almería José Carles Genovés, secretario general de Estructuras Agra rias: "Estamos preparando un programa nacional de lucha contra la desertificación para el que esperamos obtener dinero del Fondo de Cohesión". Este programa incluirá la regenera ción de tierras y cursos hídri cos, reforestación y diversificación de prácticas agrícolas. España como vértice de ese puzzle Norte-Mediterráneo Sur, y España como país desarronado que puede aportar conocirnientos y tecnología para resolver el problema. Juan Puigdefábregas, director de la Estación Experimental de Zonas Áridas en Almería, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), explica: "España tiene problemas de degradación del medio físico bastante similares a los del norte de África. Tenemos además una tradición de más de 20 años, con el proyecto Lucdeme, de mitigación de estos fenómenos. Se han desarrollado unos grupos de trabajo que en los dos últimos años están actuando de forma coordinada. Hemos ido aprendiendo, hay ya una historia de trabajo en común,- que es la única forma seria de trabajar. Y esa experiencia es la que podemos aportar, aunque quiero huir del tono triunfalista de que podemos enseñarles esto y lo otro".

Puigdefábregas señala que la desertificación es un asunto complicado de investigar, porque tiene muchos factores interrelacionados y requiere muchos especialistas. Indica que las principales causas de degradación del suelo en España es el uso de más agua de la disponible en algunas zonas y el abandono de tierras.

Las paradojas de Almería

Almería, Murcia, Granada y las comunidades de Valencia, Castilla La Mancha, Aragón y Madrid son las zonas más azotadas por esta degradación. Más de 15 millones de hectáreas de cultivo de secano necesitan urgentemente alguna técnica de conservación del suelo.Entre las ponencias presentadas en el congreso de Almería, una ha resultado especialmente curiosa. La de María Enriqueta Cozar Valero, del Instituto de Desarrollo Regional de la Universidad de Granada, que muestra las paradojas de la provincia de Almería. Es el territorio más desertificado; y, sin embargo, uno de los que más inmigrantes recibe. La razón: los magrebíes y africanos que llegan a trabajar en los invernaderos agrícolas. "El interrogante que se plantea", señala Cozar Valero, "es saber si Almería podrá seguir absorbiendo esta corriente. La extensión de los invernaderos ha alcanzado prácticamente su máxima superficie en zonas como el Campo de Dalias y el riesgo de salinización de los acuíferos por sobreexplotación es muy grande."

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